Angie Ginn: Una Pasión por el Voluntariado
Durante los últimos 13 años, Angie Ginn ha dedicado sus fines de semana a ser una voluntaria dentro de una ciudad flotante en la bahía de San Diego.
Ginn es la docente coordinadora de eventos para uno de los portaaviones más antiguos de Estados Unidos, el Museo USS Midway. Ella es la responsable de coordinar los guías turísticos, conocidos como docentes, para los eventos de noche en el barco.
“Conozco este barco mejor que nadie”, dijo ella con una sonrisa orgullosa.
Ginn es la primera mujer y la primer latina que se sienta en el comité del consejo de docentes y la primera en lograr 25 mil horas de voluntariado en el barco. A pesar de que Ginn no se enfoca en este hecho porque ha estado trabajando como voluntaria durante más tiempo que la mayoría a su alrededor, su trabajo y dedicación no pasan desapercibidos.
Ella comenzó a ofrecerse su tiempo al Museo USS Midway en el 2004 antes de que este abra al público. Y en los últimos 13 años, se ha ofrecido como docente, instaladora de exhibiciones, y organizadora de eventos especiales y de educación.
“Cuando soy voluntaria, hago lo que sea, trabajo con la restauración del barco, trabajo con la restauración de las aeronaves, trabajo con exhibiciones y trabajo con las pernoctaciones (giras educativas para dormir para niños)”, dijo Ginn.
Su pasión por el voluntariado ha sido uno de sus mayores motivadores y es algo que descubrió después de ser voluntaria con la Cruz Roja Americana durante incendios en el Condado de San Diego.
“Fue gratificante”, dijo Ginn. “Sentí que había contribuido de alguna manera a mi comunidad”.
Originaria de Lima, Perú, Ginn llegó a los Estados Unidos con su esposo, quien era un aviador en la Marina. Dos semanas después de su llegada, su esposo fue enviado a Vietnam, por lo cual ella dedicó su tiempo a aprender a hablar inglés y fue a la universidad.
Debido a que trabajaba durante el día, ella asistía al colegio comunitario por la noche y obtuvo un título en negocios de National University. Durante 15 años, dirigió su propio negocio de productos electrónicos, que se centró en la manufactura de productos en México.
“Tienes que sentir pasión por lo que sea que hagas”, dijo Ginn. “Cuando decidí dirigir mi propio negocio, fue una pasión que me motivó a hacerlo porque no sabía de dónde iba a venir el dinero para pagar al principio, es muy difícil”.
A pesar de estar ocupada con la escuela y su carrera, Ginn dedicó su tiempo libre al trabajo voluntario. Utilizó sus habilidades electrónicas y bilingües para ofrecer tutoría a trabajadores de la construcción y otros en trabajos similares que habían sufrido heridas y necesitaban entrenar en nuevas carreras.
Mientras manejaba su negocio y cuidaba a sus dos hijos, Ginn comenzó a ofrecer su tiempo los sábados y domingos en el museo. Después de jubilarse en 2007, comenzó a trabajar como voluntaria casi todos los días.
“Estoy entrenando a los jóvenes aquí para que hagan lo que hago para que puedan tomar el control de lo que hago cuando me vaya algún día”, dijo Ginn.”Pero mientras esté aquí estoy fuerte y continuaré trabajando como voluntario en el barco”.
Actualmente ella también ayuda con las instalaciones de exhibición debido a su experiencia en electrónica y, si es necesaria, se ofrece como voluntaria en el programa de educación nocturna.
“En pocas palabras es que si tienes pasión, esa es tu motivación, ese es tu motor y nonecesita gasolina”, dijo ella.