Con la elección del domingo, terminó el dominio de 30 años del Partido Acción Nacional (PAN) en Baja California y de acuerdo con el conteo rápido del Instituto Estatal Electoral (IEE), el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, el Movimiento de Renovación Nacional (MORENA) tuvo triunfo arrollador en todos los cargos de elección y se posesionó como el nuevo poder a lo largo de la frontera con California.

El conteo rápido otorgaba poco más del 50 por ciento de los votos al candidato de Morena a la gubernatura estatal, Jaime Bonilla Valdez, ex residente y político de Chula Vista que fue presidente de la empresa Otay Water.

Bonilla, también expropietario de la emisora K1040 de Chula Vista, tenía apenas en el conteo rápido virtualmente más del doble de votos que su más cercano contrincante, Oscar Vega Marín, con 23 por ciento de los votos.

El plazo de gobernador este mes es de solo dos años, no de seis como era hasta ahora, por una disposición legislativa que busca colocar la elección para gobernador de Baja California en la misma fecha en que sean los comicios presidenciales.

Esta vez la alcaldía de Tijuana también queda por primera vez en manos de Morena con el empresario Arturo González Cruz, con el 42 por ciento de los votos en el conteo rápido.

El polémico alcalde saliente del PAN, Juan Manuel Gastélum, a quien le agrada que le apoden El Patas, tenía sólo el diez por ciento de los votos, en la primera oportunidad de reelección de alcalde en la historia del estado de Baja California.

En términos generales, la elección transcurrió sin incidentes trascendentales.

Sin embargo y de acuerdo con el IEE, solo votó el 29 por ciento del patrón electoral registrado. Esto significa que debido a la baja participación, Morena ganó la gubernatura con l 15 por ciento de los votos de Baja California pero el PAN la perdió por primera vez desde 1989 al tener solo el 7.5 por ciento de los votos.

Con esa escasa participación electoral, Morena adelantó que obtuvo todos los puestos en disputa excepto una diputación.

Durante el proceso hubo denuncias de intentos de soborno a legisladores estatales, que dijeron que les ofrecieron un millón de dólares a cada uno si cambiaban el periodo de gobernador de dos a seis años.

También un aspirante a gobernador, Jaime Martínez Veloz, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), adelantó en comunicado que impugnará la elección de Bonilla porque es ciudadano estadunidense y no cumple el requisito de vivir 15 años previos a la elección en Baja California, ya que todavía en el 2016 era candidato en Otay Water.