Crisis en tierra de los dioses
Hay veces pensamos que la crisis del neoliberalismo sólo afecta a las economía latinoamericana por el hecho de que estamos muy cerca del centro capitalista.
No es así. La economía neoliberal también afecta a otras latitudes del mundo. Hoy los griegos son víctimas de los “corredores del mercados” y otros delincuentes de cuello blanco.
Más de un año y medio pasó desde que la economía norteamericana dio un grito al cielo. El ex presidente George W. Bush, cuya torpeza mental está documentada en libros y videos, no supo llevar el tino de nuestra economía. En vez de vigilar más de cerca a los delincuentes de cuello blanco, los dejó que caminaran por la Casa Blanca como “Pedro por su casa”.
En vez de más desregulación, nuestra economía necesitaba más control de los mercados económicos. Eso es lo que no hizo, y vimos cómo se desató una crisis que todavía estamos sintiendo sus efectos devastadores.
De la misma manera, en las tierras de Hércules y Aquiles, la crisis económica tuvo sus inicios con sus políticos y el neoliberalismo.
Cuando Grecia fue aceptado a utilizar el Euro en 2001, los “dioses” del universo económico le dieron muchos billetes europeos desde los cielos.
Muchos griegos vivieron en la opulencia del dinero por unos buenos años. No se dieron cuenta que, como sucedió en México con Carlos Salinas de Gortari, sus dirigentes políticos los iban a llevar directo al infierno.
La agencia económica Standard & Poor 500, la cual se encarga de ranquear a las entidades privadas y a las economía de los países, calificó a Grecia como un país muy cerca de la servidumbre. A sus bonos de largo plazo los redujo de BBB+ a BB+ y a los de corto plazo los pulverizó de A-2 a B. Las nuevas calificaciones crearon pánico y dejaron mucha incertidumbre en la comunidad mundial. Grecia quedó al borde del abismo.
Asimismo, la reacción que produjo la crisis de Grecia en el mercado mundial fue un tanto preocupante. Los españoles y los portugueses fueron los que más sintieron. Al igual que Grecia, estos dos países del sur de Europa quedaron a pocos kilómetros de la ruina.
Al ver que la crisis griega empezaba a agobiar a los otros miembros de la Unión Europea, los dirigentes políticos de cada país, se juntaron y prepararon un rescate económico para Grecia. No fue muy fácil. Los alemanes se resistieron y no quisieron dar un centavo a los hijos de Zeus.
Lo triste del caso es que fueron las empresas financieras alemanas precisamente quienes atormentaron a los griegos al despilfarrar enormes sumas de dinero en bonos de gobierno y en el Stock Exchange de Grecia. La mitad de la deuda de Grecia tiene raíces en fuentes financieras de Alemania y Francia.
Al final, todos se convencieron que un rescate era necesario. La Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional prepararon un paquete de $146.000 millones para salvar a la economía de Grecia.
Como sucedió en América Latina, el rescate nunca es gratis. Los que finalmente pagan los “platos rotos” son el pueblo. Y los que se salvan son los delincuentes de cuello blanco.
La historia se repite en todas partes del mundo.