Cuida tus Palabras
Cuando alguien se atreve a restregarnos en la cara nuestras verdades, solemos tomar el papel de víctimas y la indignación nos hace hervir la sangre.
No nos gusta que alguien señale nuestros defectos, que profundice en nuestros errores, que explote nuestras equivocaciones.
Aunque sepamos que lo que nos están diciendo es la verdad absoluta, tendemos a ofendernos y sentirnos lastimados.
Antes de partir rumbo a Honduras para cubrir el partido de repechaje de su selección, un presentador australiano de televisión señaló la cruda realidad que se vive en el país centroamericano.
“Honduras es la capital del crimen”, dijo el comunicador en relación alto índice de asesinatos que ensombrece a la nación catracha.
El comunicador australiano trajo a colación la crisis social que vive Honduras para explicar el entorno que su selección encontraría en su visita a la ciudad de San Pedro Sula.
Ciertamente, el índice de criminalidad en Honduras no pertenece a las estadísticas deportivas que rodeaban al partido de fútbol, pero de ninguna manera se podía evitar hablar del tema.
El pueblo hondureño se indignó mucho cuando se enteró sobre la referencia que de su país hizo el periodista australiano.
Reclamos y consignas surgieron por parte de varios medios de comunicación hondureños que exigían a su colega del otro lado del mundo que se disculpara.
El desencuentro entre ambas partes tomó un matiz irónico cuando un jugador de la selección de Honduras lanzó una temeraria frase para expresar su ardiente deseo de vencer a los australianos.
“Hay que matarlos si es posible”, dijo el catracho Anthony “Choco” Lozano sobre los rivales a los que enfrentaría en la cancha.
El comentario del delantero hondureño fue muy desafortunado si se toma en cuenta la cruenta violencia que embarga a su país.
San Pedro Sula, en particular, es la ciudad donde más homicidios se registran en el mundo con un promedio de 84 asesinatos por cada 100 mil habitantes.
La cifra fue publicada en el censo de 2016 elaborado por la Oficina de Drogas Y Crímenes de la Organización de las Naciones Unidas.
El comentario del “Choco” Lozano fue desafortunado y en nada ayudó a limpiar la imagen que se tiene de su país.
La consigna de matar por parte del jugador hondureño, aunque lo haya hecho en sentido figurativo, no hizo más que validar la cultura de violencia a la que en un principio se refirió el periodista australiano.
Los que vivimos en esta parte del hemisferio debemos estar conscientes de que las naciones del llamado primer mundo nos relacionan con los temas de corrupción, violencia y pobreza.
En lugar de ofendernos por señalamientos que son totalmente ciertos, los pueblos del continente americano debemos exigirle a nuestros gobernantes total transparencia en su proceder.
Estamos obligados a utilizar los mecanismos democráticos que tengamos a nuestro alcance para cederle el poder a una nueva generación de políticos.
Estamos obligados a encontrar la manera de elegir líderes comprometidos con el cambio que permita a las futuras generaciones de nuestro continente evitar vergüenzas como la que Honduras acaba de pasar.