El amor de los hispanos por el trabajo duro
De las 63 páginas del informe del Centro Hispano Pew acerca de los puntos de vista de los hispanos sobre su identidad, que se develó a principios de mes, se puede derivar tanto material como para escribir varios libros.
No obstante, el segundo capítulo del reporte, que corresponde a “la experiencia americana” o “la experiencia estadounidense”, merece ser resaltado porque confirma el indomable tesón que caracteriza a la comunidad latina que se ha afincado en este país.
“Más que el público general, los hispanos creen que el trabajo duro da resultados”, señala el informe.
El 75% de los encuestados en el sondeo, que fundamentó el reporte, expresó que la mayoría de la gente puede salir adelante aquí si está dispuesta a “trabajar duro”.
En comparación, de acuerdo a un estudio del Centro Pew, realizado en 2011, solo el 58% del público general consideró que trabajar duro podía conducir al éxito y 40% contestó que trabajar duro no garantiza triunfar.
En el caso de los hispanos, el concepto del trabajo duro como sendero de superación en la vida es compartido por los latinos que inmigraron a Estados Unidos y por los que nacieron en territorio del país.
El 77% de los hispanos inmigrantes se pronunciaron a favor del trabajo duro como ruta para salir adelante y el 73% de los nacidos aquí manifestaron el mismo sentir.
Lo más relevante de esta porción de la encuesta, sobre el sentir de los latinos respecto a los beneficios de trabajar duro, es que el segmento que aseveró con más contundencia que laborar arduamente lleva al progreso fue el de los hispanos cuya preferencia de uso de idioma es el español.
El 83% de los hispano-hablantes dijeron que el trabajo duro es la clave del éxito frente al 71% de los latinos bilingües y 70% de los que prefieren hablar en inglés.
Los resultados del estudio son indudablemente un homenaje a los latinos que diariamente entregan sus músculos, sus pulmones, sus corazones y sus cerebros para contribuir al progreso de Estados Unidos.
El informe estampa el sello del trabajo duro realizado por los trabajadores agrícolas que pizcan frutas agachados en el Valle de San Joaquín o que en la misma zona recogen cebollas en la oscuridad de las noches, ataviados con minilinternas adheridas a bandanas en sus cabezas, para evadir que la cosecha se haga de cara a los rayos caniculares del sol del día.
Las imágenes de esos seres, que parecían verdaderos extraterrestres en medio de una planicie sombría las plasmó el exasambleista Fabián Núñez en el documental “La cosecha de la vergüenza de California”.
El amor de los hispanos al trabajo ha estado más que demostrado en situaciones difíciles para el país.
Fueron los latinos los que se lanzaron a la tarea de limpiar los escombros dejados por los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, y parte de esos hispanos, muchos de ellos indocumentados, los que han muerto o se encuentran enfermos por el contacto con sustancias tóxicas en la Zona Cero.
Fueron los latinos, los que se lanzaron a reconstruir a Luisiana tras el paso del devastador huracán Katrina.
Son los hispanos, los que continúan trabajando duro en las plantas procesadoras de pollos y cerdos, y terminan con las manos mutiladas o deformadas afectadas con el síndrome carpiano.
Son los albañiles mexicanos, quienes dicen que sus antepasados construyeron las pirámides aztecas y en las últimas décadas construyeron las pirámides de Charlotte -la ciudad donde vivo- los que han ratificado ese amor por el trabajo duro.
Y en cuanto al amor y respeto que tienen los latinos para Estados Unidos, el reporte del Centro Hispano Pew es más que diciente.
El 87% de los hispanos expresaron que este país brinda más oportunidades de salir adelante que sus países de origen.
Respecto a si volverían a repetir la experiencia de establecerse aquí, más del 80% de los que han estado en el país por más de seis años señalaron que no lo dudarían.