El Golpe Perfecto
En el mundo de la fantasía todo es posible.
En el mundo de la realidad, la fantasía se puede convertir en una historia inspiradora para el resto de la humanidad.
Un verdadero desconocido y una fulgurante estrella del cuadrilátero fueron los protagonistas que escribieron uno de los capítulos más increíbles del deporte en los últimos tiempos.
El Madison Square Garden, el vetusto y mítico escenario por el que han pasado leyendas inconmensurables, fue el escenario de un acto que quedará guardado en las bóvedas de la inmortalidad.
Al encordado subió el campeón mundial de pesos pesados, el británico Anthony Joshua.
A sus 29 años de edad, el pugilista inglés es el máximo representante universal en la categoría donde alguna vez reinaron leyendas como Muhammed Ali o Mike Tyson.
Con un físico impresionante y un carisma que arrastra multitudes, Joshua tenía la mesa puesta para ganar sin problema alguno su pelea del pasado 1 de junio
Su oponente era un ilustre desconocido de padres mexicanos que nació en California, pero que vivió gran parte de su niñez en Mexicali.
Con un abultado abdomen, Andy Ruiz subió al cuadrilátero del Madison Square Garden y la mayoría de los espectadores presentes se rieron de él.
Nada hacía suponer que el regordete pugilista mexicano pudiera vencer y quietarle su categoría de invicto al impresionante boxeador inglés.
Durante la contienda, Andy Ruiz fue imponiendo poco a poco sus condiciones y en el séptimo round escribió el guión de una película alejada de la ficción pero apegada completamente a la realidad.
De un solo golpe, el guerrero azteca dejó escapar de sus puños toda su alma, todo su corazón y todos su sueños por tocar la gloria y fulminar a su afamado rival.
En ese momento el mundo se sacudió y los relojes se detuvieron en una combinación de tiempo y espacio que solo los grandes momentos en la historia son capaces de unir.
Tirado en la lona estaba el rey de los pesos pesados, de pie y con los brazos en alto, el mexicano se abría paso a la fama y la fortuna.
El triunfo de Andy Ruiz ha sido inspiración para todos aquellos que han tenido un sueño por cumplir pero que creían imposible de alcanzar.
Andy Ruiz nos ha enseñado que en esta vida todo es posible, por imposible que parezca.
Lo de Andy Ruiz no fue un milagro ni mucho menos, es una lección de trabajo y de perseverancia por saciar el el hambre de gloria.
No importa lo que de hoy en adelante pase con Andy Ruiz.
No importa si en la próxima defensa de su cetro mundial cae vencido en la revancha ya pactada con Joshua.
No importa si no vuelve a ganar una pelea en su vida.
Lo que verdaderamente importa es el mensaje de pundonor que este joven mexicano, que durante toda su existencia a batallado en contra del sobre peso, le ha enviado al mundo.
Nada ni nadie puede detener a un hombre cuyo deseo de éxito es más grande que todas las vicisitudes que el destino suele ponernos para caer en sus trampas.