Es Tiempo de Decir Adiós
Hay separaciones tan dolorosas que ni siquiera el paso del tiempo es capaz de ayudarnos a reponernos de ellas.
Dejar a las personas con las que he compartido momentos llenos de emoción por los últimos 30 años es verdaderamente difícil para mí.
Alegrías, tristezas, triunfos, fracasos, todo un cúmulo de experiencias que sin duda me ayudaron a moldear el hombre que ahora soy.
Dejar a esos compañeros de vida es una decisión muy complicada de tomar, pero la verdad, no me queda más remedio.
Al darme cuenta que esas personas han perdido el interés en mí
Cuando veo que esas personas ya no poseen la capacidad de asombrarme y sorprenderme.
Cuando siento que esas personas ya no me divierten, ya no me emocionan, ya no me transmiten ningún sentimiento, cuando pasa todo eso, quiere decir que es momento de alejarme de ellas.
Procedente de la Ciudad de México, llegué a San Diego hace 30 años.
Fue aquí que conocí a un grupo de muchachos que cada verano me hacían pasar momentos inolvidables.
Personajes que con su capacidad y tenacidad hicieron que los llegara a admirar.
No importaba que ganaran o que perdieran, los Padres de San Diego de aquellos años eran divertidos de ver.
En el campo de juego estaban Tony Gwynn, Benito Santiago, Eric Shaw, Sandy Alomar, entre muchos más.
Por si sola, esa colección de personajes hacía que el viaje al estadio valiera la pena pero el paso del tiempo ha puesto esa época en el espejo retrovisor de los buenos momentos vividos.
Hoy, la historia es muy diferente.
El equipo de los Padres está completamente desangelado.
Sin figuras que se hayan metido en el corazón de los aficionados, y sin peloteros que con su guante o su bate hagan palpitar de emoción, el equipo de San Diego camina por las Grandes Ligas como un fantasma sin alma.
Esta temporada marcará la onceava campaña consecutiva en la que los Padres no alcancen los playoffs.
Esta será la décima temporada, en las últimas 11, en que los Padres sufrirán más derrotas que victorias.
Esta temporada marcará la diferencia más grande de juegos ganados y perdidos en relación al primer lugar de su división en los últimos 14 años.
La verdad, ya no puedo verlos más.
Para mí, ha llegado la hora de aceptar que esta relación ya no tiene futuro.
Estoy cansado de promesas, estoy harto de prospectos, simple y sencillamente, estoy aburrido de ellos.
Mi lealtad fue inquebrantable, siempre tuvieron mi respaldo y mi comprensión, pero todo tiene un límite.
Es hora de buscar nuevos horizontes, de encontrar nuevas emociones, de entablar nuevas relaciones.
Los Padres siempre serán parte de mí, pero yo ya no puedo seguir sufriendo con ellos.
Como buena pareja que fuimos por tres décadas, le deseo al equipo lo mejor, le deseo que encuentre el camino de la felicidad, le deseo que algún día vuelva a sentir correr la sangre por sus venas.
Mi aventura por encontrar nuevos compañeros para pasar los veranos será intensa, solo espero que algún día pueda volver a encontrar la pasión que algún día mis Padres me hicieron sentir.