Espíritu monopolizador
Como un león que aniquila a su competidor después de una pelea mortal en la sabana africana, Carlos Slim Helú, el multimillonario mexicano, dio un grito de victoria en plena cima de las pirámides de Teotihuacan tras haberse coronado como la persona más rica del planeta.
Mientras Slim ostentaba sus billetes y miraba con denuedo a su desconcertado rival, Bill Gates, más de un centenar de empleados en el directorio en español, , empacaban sus herramientas de trabajo y se despedían de sus colegas.
Así es, más de un centenar de traba-jadores –publicistas, editores, diseñadores gráficos, secretarias, gerentes de oficina, etc.— de Sección Amarilla USA LLC en Dallas y El Paso del estado de Texas, New York y Santa Fe Springs y Riverside del área de Los Ángeles fueron dados de baja el mismo momento en que la revista Forbes anunciaba que Slim pasaba a ser el más rico del mundo. Slim es dueño de Sección Amarilla USA LLC.
Sin embargo, los méritos del Carlos Slim deben ser reconocidos, a pesar de que mucha gente piensa que su fortuna es producto de corrupción mexicana.
Carlos Slim nació en el Distrito Federal de México y tiene ascendencia libanesa. Después de terminar el bachillerato, Slim ingresó a la Universidad Nacional Autónoma de México, para estudiar ingeniería. Sus estudios en la UNAM fueron cruciales para entablar contacto con personas de influencia y abrirse campo dentro del mundo de los negocios.
Fue uno de los grandes beneficiados del proceso de privatización del Salinismo. A través de una asociación de empresas nacionales y extranjeras adquirió el paquete de control de Teléfonos de México (TELMEX) y sus subsidiarias por un valor insólito de 5,171,216,000 nuevos pesos.
El Salinismo despojó el monopolio nacional mexicano y creó un monopolio privado virulento y agresivo. Con los réditos que le arrojó el monopolio de TELMEX, Slim casi de inmediato compró las paraestatales mineras de Lampazos, Minera Real de Los Ángeles y Química Fluor.
Últimamente, la agresividad de Slim llegó a los Estados Unidos, aunque su olfato de gran inversionista no tuvo los éxitos esperados. Perdió mucho dinero con la compra de CompUSA. Recientemente aumentó sus acciones en el periódico New York Times en un periodo en que la prensa escrita enfrenta problemas.
Empero, sus hábitos de monopolista le rindieron en América Latina. Allí, Slim es rey. Aquí en Estados Unidos despojó a todos los competidores de directorios en español. Los compró uno por uno, y los hizo parte de su monopolio.
Por ejemplo, un directorio en español en Tustin llamado El Directorio fue adquirido por Cobalt Publishing, pero Slim les ofreció una jugosa suma de dinero para apoderarse de sus mercados en el área de Orange County, Riverside y Los Ángeles. Este proceso de comprar y despojar lo ejecutó con mucha sapiencia en otros estados donde existen potenciales mercados latinos.
Carlos Slim Helú puede ser el más ricachón del mundo, pero no es el personaje carismático y buena gente. Por el contrario, su ansiedad por el poder económico ha empezado a minar el tejido social en la comunidad latina norteamericana, tal como ha sucedido en México y América Latina.
Las personas que acaban de perder su trabajo en los directorios en español de Slim saben mejor que nadie.
Humberto Caspa, Ph.D., es profesor universitario. E-mail: hcletters@yahoo.com.