Gema Rodríguez: Trabajando por la Inclusión Mundial
Gema Rodríguez, fundadora y directora de Dance Ability Tijuana, un programa que tiene como objetivo proporcionar a las personas con discapacidades una mejoría emocional y física a través del baile, encontró su pasión de una manera inesperada.
La joven de 29 años tiene más de 200 estudiantes en Tijuana inscritos en su estudio de baile del programa Dance Ability, que a pesar de su popularidad en varias partes de América Latina, es el único estudio de su tipo en México.
Dance Ability Tijuana se basa en un popular método de enseñanza,conocido como Dance Ability International, que se encuentra en varias partes de América Latina y ofrece a las personas con y sin discapacidad la oportunidad de expresarse a través de la danza.
“Es necesario que cada uno de esos chiquitines, de esos adolescentes, de esos adultos, tengan un lugar respetable en nuestra sociedad”, dijo Rodríguez.
Rodríguez está tratando de presentar Dance Ability a San Diego y ha visto un aumento de participación después de sólo dos clases. Ella dijo que esperan tener muchos estudiantes mientras que las clases continúan en San Diego.
Rodríguez descubrió el concepto de Dance Ability durante un momento difícil en su vida.
Después de dedicar años de su vida a bailar, Rodríguez sufrió una lesión en la cadera que la dejó en la cama durante meses en 2007. Como un joven bailarina, esta lesión fue devastadora.
Un día, mientras vivía en Nueva York, se encontró con una actuación de bailarines con discapacidades frente a Juilliard y aprendió sobre Dance Ability International.
Rodríguez dijo que ver a las personas con discapacidad bailando tuvo un gran impacto en su vida y la motivó a dejar su departamento en Nueva York y viajar a Argentina para aprender más sobre el programa.
“Dance Ability tiene un movimiento muy importante en Latinoamérica porque revoluciona las terapia emocionales por medio de la danza inclusiva”, dijo Rodríguez. “La importancia con la cual se le tiene que tratar a un niño, a un adolescente, y a un adulto con una discapacidad, viene a hacer una revolución y es respetado”.
En Argentina, aprendió más sobre Dance Ability y aprendió sobre diferentes discapacidades, completó talleres y se ofreció como voluntaria. Pero Rodríguez tuvo que regresar a México para trabajar y ahorrar nuevamente para regresar a Argentina.
Luego viajó a Uruguay para comenzar su programa de certificación y trabajar con personas con discapacidades. Su instructor de Dance Ability creía que ella era demasiado joven para comenzar su propio estudio y él le dijo que la supervisaría hasta que creyera que estaba lista.
Rodríguez abrió Dance Ability en Tijuana en noviembre de 2013. Tenían 50 personas que se presentaron a la primera clase y poco después, ese número pasó a 300 y estaban impartiendo clases a partir de las 12 p.m. a las 9 p.m.
“No era demostrarme a mí en aquel entonces”, dijo Rodríguez. “Era demostrarle al presidente internacional de dance ability que México podía dar más, que México podía recibir el program con los brazos abiertos”.
Ella dijo que ha sido un camino largo y difícil con muchos obstáculos, pero hoy vive para sus estudiantes y para el trabajo que hacen en Dance Ability Tijuana.
Después de varios años, se su staff del estudio cuenta de que el baile estaba ayudando a sus estudiantes. Ella entonces decidió que quería mostrar el maravilloso trabajo que habían logrado y crear conciencia sobre la inclusión global.
“Empezamos a notar la disciplina de clase empieza a ser funcional en los niños empezamos a ver un cambio muy grande en los niños, tanto emocionalmente como físicamente”, dijo Rodríguez.
Entonces, casi seis años después de que Rodríguez vio los bailarines de Dance Ability International con varias discapacidades en Nueva York, viajó con sus propios estudiantes para ofrecer la actuación sus vidas en Times Square.
“Para mí era tan importante vivir esa experiencia después de tantos años”, dijo Rodríguez.
Rodríguez sonríe y recuerda que la audiencia que se reunió en Times Square para ver su actuación no aplaudió al principio porque estaban llorando.
“Fue cuando vi que había logrado algo en ellos”, dijo. “No era únicamente haberlos llevado de viaje a presentarse por la inclusión mundial al lugar más famoso de toda Nueva York, sino que les había regalado algo para toda su vida que era cumplir un sueño más en ellos”.