Milagro de Jesús, de 15 años de edad, tuvo que huir de El Salvador con su hermanita de 13 años cuando miembros de una pandilla de la Mara les advirtieron que las iban a hacer parejas de algunos de ellos.

Cuando el papá de Milagro intentó hablar con los pandilleros para pedirles que dejaran en paz a sus hijas, los mareros lo golpearon tanto que se le dificultaba ponerse en pie.

“Entonces decidimos que teníamos que huir y mi papá dijo que viniéramos a Tijuana, de donde podríamos pasar a Estados Unidos”, dice Milagro, es escasa semana de dar a luz a su bebé mexicano.

Pero las cosas no resultaron como padre e hijas esperaban. Al ingresar a México les impidieron el paso y no podían continuar, pero tampoco podían regresar. Después de huir, los pandilleros impondrían represalias “y allá la policía no hace nada, parece que más bien obedece a las pandillas”, dice Milagro.

Su papá decidió separarse y buscar suerte solo, para tratar de llegar a Estados Unidos, trabajar y con lo que ganara ayudar a los demás en la familia, pero al cruzar a San Diego lo arrestaron y deportaron a El Salvador, de donde volvió a salir en cuanto el vuelo tocó tierra.

Mientras tanto, Milagro y su hermana se integraron a una caravana que cruzó a México y ambas viajaron como menores sin compañía de adultos hasta Tijuana, donde esperaban encontrar a su padre, sin saber que había sido deportado.

Cuando el padre intentó cruzar nuevamente de Guatemala a México fue detenido, porque ante pasó con permiso mexicano solo para ser deportado, y ahora está en Chispas, donde tiene que firmar cada semana sin poder salir de ese estado.

Mientras tanto, Milagro ha decidido permanecer en México, solicitar asilo en Tijuana.

Aunque dice que su embarazo es deseado, reconoce que desde que salió de El Salvador ha sido víctima de acoso, tanto de autoridades como de individuos. “Nos han dicho vulgaridades, a mi hermanita también”.

“Para mí ha sido difícil porque prácticamente todo el apoyo que he tenido por parte de mi familia es mi hermanita. Fue muy difícil decirle lo que pasaba a mi mamá, luego a mi papá, pero creo que han entendido y me apoyan, aunque estén tan lejos”, platica Milagro.

Ahora, aunque su bebé nace en unos días, quiere estudiar, pues en El Salvador solo cursó parte de la secundaria, su hermanita estaba en la primaria cuando tuvo que huir con ella.

“Por todo lo que vi, desde que vivía en El Salvador, y lo que he visto en el camino y lo que sufren los migrantes y la gente por donde pasamos, quiero estudiar derecho”, dice Milagro.

La quinceañera es testigo en un caso que se sigue por desaparición de jovencitas migrantes en Tijuana, con involucramiento de un coyote guatemalteco que sigue libre porque las autoridades descartan los testimonios de Milagro por su edad.

Mientras estudie, tendrá que trabajar y espera que a veces su hermanita le ayude a cuidar al bebé que nacerá por estas fechas. Se va a llamar Alexander Adonai, de acuerdo con la mamá.

En el refugio, Milagro ha sido la mamá más felicitada en el día de las madres.