La Bruja y el Arpío
Cuando le pregunté a las soñadoras qué opinaban acerca de la orden estatal ejecutiva de la gobernadora de Arizona, Jan Brewer, de prohibir la expedición de licencias de conducir a los estudiantes indocumentados que sean aprobados por la acción diferida, la respuesta repetida fue la misma: “es una bruja… es una bruja… es una bruja”.
A las chicas que consulté no les afectaba la medida de Brewer, habían participado en una sesión informativa sobre la iniciativa de la Administración del presidente Barack Obama que impide su deportación, en la Coalición Latinoamericana de Charlotte, Carolina del Norte, a dos mil millas de Arizona.
No obstante, su solidaridad con sus colegas arizonianas era absoluta y su indignación brotaba a flor de piel porque el anuncio de Brewer se dio el mismo miércoles 15 de agosto, en el que millares de “dreamers” iniciaron sus trámites para salir de las sombras.
Por pura curiosidad me puse a consultar en la internet si el sobrenombre de “Bruja” para Brewer existía y me encontré con millares de entradas en las que los internautas se refieren con este apelativo para la gobernadora antiinmigrante.
Encontré menciones a través de Facebook, de Twitter, e incluso composiciones musicales y audiovisuales al respecto.
Uno de los videos musicales, llamado “La Brujer, canción de la gobernadora y el arpío (Arpaio)”, contiene la voz del intérprete Yayo de Nogales.
Otro que interpreta el mismo tema es el cantante Santiago Silva, en una entrada en YouTube, que titula “La Bruja Brewer”.
Por supuesto, que el contenido audiovisual y las letras son irrespetuosas con la funcionaria de más rango de Arizona y con el alguacil de Maricopa, el más duro del oeste, pero al fin y al cabo, las canciones y los videos son más inofensivos, que las acciones de Brewer y Joe Arpaio.
Simplemente son una respuesta de la inventiva popular contra los perjuicios y el dolor que han ocasionado estos burócratas a la comunidad inmigrante con la ley SB 1070 y la cárcel de carpas, en el caso de Arpaio.
La más reciente medida de la gobernadora parece salida de otra dimensión. En un acto de rebeldía se niega a acatar algo que es obvio: Si el gobierno federal, que es el que de acuerdo con la Corte Suprema, el que maneja el tema migratorio, da un estatus temporal a un grupo en particular, por una acción administrativa, los estados tendrían que aceptar la voluntad del ejecutivo.
Múltiples acciones administrativas del ejecutivo han sido emitidas en gobiernos republicanos y demócratas previamente sin que los gobernadores rezonguen.
Los sectores intolerantes han querido mostrar a Obama como un dictador por haber avalado al Departamento de Seguridad Nacional para que protegiera a los “dreamers”, lo cual es absurdo.
Obama no le ha hecho trampa al Congreso, solo ha actuado dentro del marco constitucional que lo faculta para tomar una acción ejecutiva temporal.
Si el presidente tiene la autoridad para eliminar terroristas sin pedirle permiso al congreso porque no tendría la autoridad para parar la deportación de jóvenes que se han educado aquí.
Entre lo malo que tiene Brewer es que da mal ejemplo, y ya el gobernador de Nebraska, Dave Heineman, la imitó en negar los permisos de manejar a los soñadores.
Lo más probable es que el asunto se dirima en las cortes y triunfe la razón contra el egoísmo y la mezquindad.
En Carolina del Norte, los áulicos de Brewer están haciendo un llamado para que los funcionarios oficiales desconozcan la acción diferida del presidente y realicen actos de rebeldía.
La organización Americanos por la Inmigración Legal (ALIPAC), que dirige el activista antiinmigrante William Gheen, ha pedido que “todos los empleados federales repudien las directivas inconstitucionales de Obama de proveer la amnistía del Acta del Sueño a los inmigrantes ilegales”.
No me extrañaría que algún cantor popular le componga a Gheen una tonada en la que lo presente como “el bufón”.