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La Casa del Migrante Cumple 32 Años de Practicar la Compasión

Created: 29 April, 2019
Updated: 13 September, 2023
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La iglesia de la Casa del Migrante se llenó el domingo de feligreses y de júbilo.

“Se cumplieron 32 años en que la casa, que ha ayudado a más de 250,000 migrantes, ha sido expresión constante de la compasión a los más vulnerables en la frontera, quienes, como Jesús, buscan refugio y comprensión”, dijo el padre Pat Murphy en su sermón.

En la Casa del Migrante han recibido por lo menos temporalmente alimentos, un lugar ordenado y limpio para dormir, atención médica y protección migrantes que llegaron a Tijuana de más de 50 países.

Se incluyen miles de mexicanos deportados, algunos de ellos casi con la vida entera en Estados Unidos, quienes regresan con poco dominio del castellano.

“Somos una gran comunidad de solidaridad, de ambos lados de la frontera”, dijo el padre en su sermón. Luego en entrevista imprevista detalló que el flujo de la ayuda no para hacia la Casa del Migrante.

Desde personas de menos recursos que llegan personalmente a donar algunos alimentos, a quienes ofrecen servicios, y los que envían donativos en cheques por correo o en transferencias de PayPal, la ayuda que la Casa necesita para ayudar a otros es constante, dijo el padre.

La Casa del Migrante es obra de sacerdotes de la orden de San Antonio Scalabrini, el santo patrono de los migrantes y los refugiados, que procura encontrar al “hijo de Dios” en todos aquellos que por cualquier razón poderosa tienen que abandonar lo que les es familiar.

Cuando un migrante llega a la Casa, le dan un lugar donde hospedarse temporalmente para que tenga oportunidad de rehacer un poco su vida si encuentra trabajo, o de contactar a sus seres queridos para que le ayuden a encontrarlos.

Todos los acogidos se apegan a horarios para levantarse, arreglarse, alimentarse y salir temprano, la mayoría en busca de empleo.

El albergue siempre ha estado en la Colonia Postal de Tijuana, y ahora, para celebrar los 32 años la organización, va a iniciar en el mismo vecindario clases en una escuela propia, donde los migrantes podrán aprender computación, inglés, español si lo olvidaron, y algunas ocupaciones prácticas como electricidad y carpintería.

Todo, de acuerdo con el padre, gracias a la generosidad de quienes se unen al principio cristiano de ayuda al prójimo.

Por ahora y en respuesta a reporteros, el padre Murphy sólo lamentó que las políticas migratorias de la administración del presidente Donald Trump endurezcan las condiciones de los migrantes en la frontera.

También lamentó que el gobierno federal de México haya intensificado hace unas semanas las detenciones de migrantes en el sur mexicano, aparentemente por presiones de la administración Trump.

“No entendemos por qué México tiene que hacer ese trabajo sucio y cruel por decisión del presidente Trump, pero esto seguramente es temporal”, dijo el padre Murphy, “es retórica que va a pasar.