Las mujeres y su participación
El Buró de Referencia Poblacional (PRF) indica que el 51 por ciento de la población a nivel mundial son mujeres; en el caso de México, la Organización de las Naciones Unidas nos informa que de cada 105 mujeres hay 100 hombres. Lo que me llama la atención de estos datos es que a pesar de que las mujeres son una mayoría en cuanto a población son una minoría en los puestos de toma de decisiones.
La baja participación de la mujer no sólo es un problema en México, es un problema mundial. Un dato interesante es que en la historia hemos tenido a 62 mujeres al frente de su nación en 47 países. Hoy tenemos 193 países reconocidos en el mundo y hay sólo 17 mujeres que los dirigen: Presidenta (Pres.) Cristina Fernández de Kirchner (Argentina), Primer Ministra (Primer M.) Sheikh Hasina (Bangladesh), Pres. Michelle Bachelet Jeria (Chile), Primer M. Jadranka Kosor (Croacia), Pres. Tarja Halonen (Finlandia), Pres. Rose Francine Rogombé (República Gabonesa), Canciller Ángela Merkel (Alemania), Primer M. Michele Pierre-Louis (Haití), Primer M. Johanna Sigurdardottir (Islandia), Pres. Pratibha Devisingh Patil (India), Pres. Mary McAleease (Irlanda), Pres. Ellen Johnson Sirleaf (Liberia), Pres. Dalia Grybauskaite (Lituania), Primer M. Zinaida Grecianii (Moldova), Primer M. Luisa Dias Diogo (Mozambique), Pres. Gloria Macapagal-Arroyo (Filipinas) y la Primer M. Yuliya Tymoshenko (Ucrania).
Marie C. Wilson, fundadora de “White House Project” (Proyecto Casa Blanca) en su libro “Cerrando la brecha de liderazgo: agrega a mujeres y cambia todo” dice: “cuando las mujeres toman decisiones que van a afectar a la sociedad, incluyen perspectivas de familia, educación, medio ambiente e incluso la paz mundial.” ¿Entonces, por qué hay menor participación de la mujer?
La mujer sí participa, pero hasta cierto nivel. En el caso de México, durante los procesos electorales las mujeres tienen un rol fundamental. Por lo general son quienes organizan a los distintos grupos, son quienes llevan la gente a los mítines políticos, son quienes exigen a los candidatos, son las que organizan las porras, las representantes de casillas, entre tantas otras responsabilidades. En el ámbito político la gran mayoría son conocidas como las lideresas. Aunque hay otro grupo de mujeres, que desde organizaciones de la sociedad civil llegan a participar en las campañas, de forma directa o indirecta.
Estos dos grupos (por explicarlo de una forma muy sencilla, sin entrar a detalle) de mujeres son quienes tienen una mayor responsabilidad en la campaña, aunque su trabajo no es reconocido como tal. Esto se debe a que nuestra sociedad sigue siendo machista y no les da su lugar. Por esta razón se han optado por impulsar leyes que obligan a los partidos políticos a cumplir con cuotas, como la de género.
Los partidos políticos cumplen con sus cuotas de género en las senadurías, diputaciones federales, diputaciones locales o regidurías, al nombrar a mujeres candidatas suplentes o como propietarias en algún número de la lista, que sabemos que no va llegar, por eso es necesario hacer modificaciones a las leyes, para asegurar que realmente se cumpla con el propósito. Las cuotas de género en México han permitido tener un porcentaje mayor de mujeres en las cámaras. A nivel mundial del total de miembros en los distintos parlamentos, las mujeres conforman el 16 por ciento, mientras que en México en la actual legislatura tenemos 121 mujeres Diputadas Federales (24 por ciento) y 25 Senadoras (19.53 por ciento) de 128 escaños. Hoy en día es importante mantener la cuota de género en México con el propósito de seguir impulsando una mayor participación de la mujer.
Hay espacios en donde no podemos fijar una cuota de género, pero sí creo que podemos crear las condiciones para que más mujeres tengan la oportunidad de participar y competir por esos espacios. En los casi cien años después de la Revolución Mexicana sólo hemos tenido seis gobernadoras mujeres: Griselda Álvarez Ponce de León (Colima); Beatriz Paredes Rangel (Tlaxcala); Dulce María Sauri Riancho (Yucatán); Rosario Robles Berlanga (D.F.); Amalia García Medina (Zacatecas) e Ivonne Ortega Pacheco (Yucatán), cuatro del PRI y dos del PRD.
Gran parte de la problemática (si estoy convencido que es un problema la poca participación de la mujer en los espacios políticos y de toma de decisiones) es el machismo que aun es parte de nuestra cultura. Anécdota personal: mi abuelo paterno no quería que mi mamá estudiara, menos medicina, porque era mujer y su obligación era casarse, tener hijos y hacerse cargo del hogar. ¡Que bueno que se le reveló! En México aun siguen muy marcados los roles; en el caso del hogar podemos observar que las responsabilidades aun no están parejas. Un ejemplo claro es lo que nos muestra el Reporte de Desarrollo Humano del Programa de Desarrollo de la ONU que dice que en México las mujeres le dedican 4 horas 43 minutos al día cocinando y limpiando, mientras que los hombres sólo 39 minutos, esto comparado con Polonia que una mujer le dedica 3 horas 13 minutos diarios al hogar y el hombre 1 hora 2 minutos.
Con los grandes cambios mundiales hoy tenemos a más mujeres preparándose académicamente, llegan a ser competitivas en sus ámbitos labores y poco a poco van ganando terreno. Aquí la situación no es que la mujer nos gane a los hombres o los hombres le ganemos a las mujeres, es crear espacios en donde tengamos las mismas oportunidades, que seamos evaluados por nuestras capacidades.
La mujer no debe quedarse en el hogar por obligación, si ella quiere estudiar, viajar, participar en la política, ser empresaria o quedarse en su casa, debe ser decisión de ella. Todo individuo (mujer u hombre) debe tener la oportunidad de decidir y participar de acuerdo a su talento y capacidades. Dentro de la política debemos generar las inercias para que esto suceda y combatir un sistema político donde simulamos que si hay participación de la mujer.