A Luchar Contra la Diabetes
Cuando comencé a indagar sobre el tema de la diabetes me sorprendió la frase de la doctora Aída Giachello, del Midwest Latino Research Center, según la cual los inmigrantes no toman en serio esta enfermedad.
Esa falta de seriedad está reflejada en las estadísticas que indican que la población hispana es tres veces más propensa a sufrir de diabetes que la población blanca y afroamericana.
Actualmente hay dos millones de hispanos que sufren de diabetes en Estados Unidos.
El argumento de la doctora Giachello tiene que ver con los hábitos alimenticios de los hispanos y la forma en que enfrentan sus enfermedades. La diabetes, que afecta el páncreas y eleva a niveles alarmantes el nivel de azúcar en la sangre, puede afectar a cualquier persona y a cualquier edad si no mantiene una dieta balanceada y un régimen de ejercicio adecuado.
Existen dos tipos de diabetes; la diabetes tipo 1 que afecta a los niños y la 2 que afecta a los adultos. Pero de acuerdo con los expertos los menores nacidos después del año 2000 tienen una mayor predisposición a desarrollar la diabetes tipo 2 que es la más grave.
Tener diabetes no sólo afecta a los enfermos y sus familias sino que representa un gasto monetario millonario para el país, que de acuerdo con estadísticas del Departamento de Salud de Estados Unidos, representa el 10 por ciento de los gastos médicos.
¿Qué hacer frente a esta realidad?
Primero que nada aceptar que nunca es tarde para comenzar a remediar los errores cometidos. Los expertos aseguran que quienes tienen diabetes deben medir constantemente su nivel de glucosa en la sangre, mantener la dieta recomendada por su nutricionista y nunca dejar pasar una comida porque eso representa un riesgo para la salud.
Quienes tienen la fortuna de no padecer aún esta enfermedad deben tener presente que cuando se busca prevenir este mal, también se combaten otras condiciones como ataques al corazón, derrames cerebrales o incluso la misma muerte.
La prevención, que debe ser una prioridad, incluye una dieta baja en grasas, alto contenido de frutas y verduras y por lo menos treinta minutos diarios de actividad física que no sólo combatirán la diabetes sino también uno de los grandes culpables de este mal: la obesidad.
Una alimentación balanceada y una rutina de control médico puede evitar que caigamos en las redes de la diabetes, recuerde: siempre es mejor prevenir que lamentar.