Mi Carta a Santa Claus
Eso de portarse bien como que no se le da a muchos, pero creo que yo sí soy una de esas almas caritativas y de buena voluntad que merecen su recompensa.
Nada de andar poniéndole el pie al prójimo para que tropiece.
Nada de lanzarle una mirada pizpireta a la novia de mi mejor amigo.
Nada de andar salpicando veneno cada vez que hablo de mis jefes.
No, no, no, nada de eso.
Este año me porté tan bien que espero que a Santa Claus no le falle el GPS de su Renomóvil para que pueda llegar sin ningún problema a mi casa este 24 de diciembre.
El gordito de cachetes rozagantes, barba de algodón y traje rojo de terciopelo me debe un buen regalo por haber sido ejemplo de paz, concordia y amor. ¿A poco no?
Así como yo, hay otros que por ahí también merecen su reconocimiento navideño, aunque hay otros que lo único que se merecen es una cucharada de aceite de hígado de tiburón.
Querido Santa Claus, aquí te dejo la lista de los regalitos que me gustaría le entregues a esos personajes del mundo del deporte que este año nos hicieron reír, llorar, gozar y sufrir.
A la familia Spanos, un boleto de avión , solo de ida, a las congeladas estepas siberianas.
A los Chargers, un enorme camión de mudanza para cuando regresen a San Diego.
A Juan Carlos Osorio, un juego de química ´Mi Alegría´ para que siga haciendo sus experimentos.
A Hugo Sánchez, un bozal.
A los Padres de San Diego, un equipo de béisbol.
A los seguidores de los Padres de San Diego, una tonelada de paciencia.
A Jorge Vergara, un caja de Kleenex.
A Matías Carrillo, un cupón de Super Cuts.
A la esposa de Hugo Sánchez, lo mismo que a los seguidores de los Padres de San Diego.
A Paco Jémez, lo mismo que a la familia Spanos.
A los jugadores de selección mexicana de futbol, un par de maletas igual a ellos.
Al Tuca Ferretti, un botellita de Paciflorine.
A Miguel Herrera, unas clases de actuación.
A los Xolos de Tijuana, un equipo de futbol.
A los seguidores de los Xolos, lo mismo que a la esposa de Hugo Sánchez.
A Julio César Chávez Jr., sangre en la venas.
Al papá de Julio César Chávez Jr., lo mismo que los seguidores de los Padres de San Diego.
A Adrián González, un poquito de vergüenza.
A Canelo Álvarez, una sesión en un salón de bronceado.
A Conor McGregor, lo mismo que a Adrián González.
Al San Diego County Credit Union Stadium, un buen equipo de lo que sea.
A Bill Belichick, lecciones de cortesía y buenos modales en el CETIS Tijuana.
A Giovani dos Santos, un cupón de descuento en el Adelitas.
Hasta aquí, mis deseos para los grandes del deporte, y para ustedes, queridos lectores de La Prensa de San Diego, mis mejores anhelos de que pasen una muy… ¡Feliz Navidad!