Percance en el Crucero Splendor, genera teoría de conspiración con supuesto avistamiento de misil
Los pasajeros de un crucero de una semana con destino a Vallarta nunca se imaginaron estar a la deriva en el Pacífico y tener que ser rescatados por la marina mexicana antes de tocar puerto, cuatro días después.
Pero eso fue lo que ocurrió los 3,299 pasajeros y 1,167 tripulantes del navio Splendor de la compañía Carnival estaban en las costas de Baja California cuando un incendio en cuarto de máquinas dejó sin energía eléctrica al buque que se encontraba a unas 200 millas (321 kilómetros) al sur de San Diego, California.
Al quedar sin energía el navío que llevaba bandera de Panamá y tiene un peso de 113 mil 323 toneladas brutas, quedó a la deriva por varias horas.
Los pasajeros fueron evacuados a cubierta mientras se controlaba el incendio y se contactaba a puerto, al verificar que no hubo heridos se les permitió volver a sus camarotes.
El buque realizaba un viaje por la Riviera Mexicana y apenas se encontraba en el segundo día cuando ocurrió el incidente que los dejó sin energía eléctrica, lo que significó estar sin agua o comida caliente o teléfonos.
Horas después, se publicó la grabación televisada por el canal 8 de San Diego, en la que se capta un objeto no identificado que parece un misil en las costas de California.
Esto aunado a las noticias del crucero averiado ha generado una teoría de conspiración que es publicada en algunos sitios, incluyendo en la que se afirma que lo que dañó al crucero fue en realidad un submarino chino que lanzó un arma de sonido llamado Pulsar Ultrasónico.
Según la teoría, el ataque tenía la doble misión de probar el arma y probar el tiempo de reacción de Estados Unidos especialmente en un momento en el que el presidente estaba fuera del país.
Estas versiones ni siquiera han generado respuesta en autoridades de ambos países.
El Jefe del Departamento Naval, Capitán Carlos Humberto Carrillo Ufort, desde la capitanía del puerto de Ensenada, —el más cercano al lugar del accidente, informó que el martes un portaaviones de la Armada de Estados Unidos llevó agua y víveres a la nave y que fueron enviados tres barcos remolcadores desde Ensenada para jalar el barco a puerto.
Desde la mañana del martes fue el remolcador Chihuahua el que primero hizo contacto con el barco e inició los trabajos de arrastre con dirección al norte, a cuyos trabajos se sumaron las naves Coral y Monterrey durante el miércoles.
En un principio, los directivos de Carnival anunciaron que el navío sería llevado al puerto de Ensenada desde donde los tripulantes y pasajeros serían enviados a la frontera por medio de autobuses.
El énfasis fue garantizar la seguridad de los pasajeros en su camino a la frontera por lo que se planeó que fuera la Policía Federal quien escoltara al planeado convoy de 90 camiones por la carretera federal número 2 con destino a Tijuana y la garita de San Ysidro.
Pero no contaban con un reto mayor: encontrar 90 ca-miones de pasajeros con los permisos de ambos países para transportar pasajeros a través de la frontera del vecino país.
Ramón Inzunza Ramos, apodado “El Guaymas” dueño de la compañía Calibaja Tours, desde hace 35 años, fue llamado para tener disponible su flota de camiones con permiso de in-gresar con pasaje a territorio americano.
“Carnival estaba solicitando como 90 camiones pero en Baja California si acaso juntamos 25 —con los míos y de compañeros de Tijuana— que cuentan con los permisos para ir a California” explicó Inzunza.
Esta misma situación parece repetirse en California, donde no son muchos los camiones que tienen permiso para transportar pasaje en Baja California y los que existen ya tenían compromisos previos.
“Es una emergencia, ojala se muevan las autoridades mexicanas y cuiden el turismo porque Carnival tiene llegando a Ensenada 25 años y dejando muy buena derrama económica para todos” agregó Inzunza.
Inzunza recuerda que hace 20 años fue el protagonista de un incidente similar, cuando un barco que había llegado a Ensenada con 500 turistas tuvo que ser enviado de emergencia a San Diego, dejando a los pasajeros y tripulación en tierra.
“Nadie tenía papeles porque los habían dejado en el barco o eran de otra nacionalidad y las autoridades estadounidenses nos dejaron entrar con una sola lista de todos y nos escoltaron autoridades de emigración hasta el barco en San Diego” recuerda.
Fue la compañía Carnival quien tomó la decisión de no parar en Ensenada y en su lugar, arrastrar al navío y todos sus tripulantes directo al puerto de San Diego para llegar el jueves o viernes temprano, donde con teorías de conspiración o sin ellas, los viajeros estarán más felices que nunca de tocar tierra firme.