Qué Asco Me Das
De mal agradecidos está lleno el mundo.
Hombres que después de haber llegado al pináculo de su carrera se olvidan completamente de aquellos que los llevaron a la cima.
Hombres que olvidan agradecer a todos aquellos que los ayudaron a seguir el camino del éxito.
Hombres que desdeñan a los que los apoyaron en los malos momentos.
Jesús Dueñas es uno de esos hombres a los que vengo haciendo referencia.
El jugador de la selección mexicana que participa en la Copa Oro tuvo palabras de desprecio para los millones de personas que se encargan de pagar el estratosférico sueldo que le permite disfrutar una vida llena de lujos.
Como integrante de los Tigres del Universitario de Nuevo León, Dueñas gana un salario anual que raya en los 700 mil dólares.
El dinero, que que sin falta le es depositado cada 15 días en su cuenta bancaria, proviene en gran medida de los boletos que los fanáticos compran para irlo a ver jugar.
Aún sabiendo que son los aficionados los que mantienen su lujoso estilo de vida, Dueñas se atrevió a atacar a quienes le dan de comer.
Tras el encuentro que la selección mexicana empató sin goles ante su similar de Jamaica en la Copa Oro, los 50 mil fanáticos mexicanos que llenaron el estadio de Denver abuchearon al Tri.
La reacción del público no era para menos.
La selección mexicana ofreció un bodrio de partido ante un rival compuesto por jugadores semi-profesionales que están muy lejos de ganar los grandes salarios que devengan los burgueses integrantes del Tri.
Al finalizar el encuentro, los aficionados en el estadio recriminaron con silbidos y abucheos el pésimo espectáculo que recibieron a cambio de los 60 dólares que pagaron para entrar al estadio.
“Nosotros no jugamos para darle gusto a la gente, al contrario, es para darnos gusto a nosotros como grupo y después ya viene como consecuencia la gente”, dijo Dueñas tras el partido ante Jamaica.
Dueñas es el mismo jugador de Tigres que el torneo pasado organizó una fiesta con mujeres de la vida galante un día antes de disputar la final ante Chivas de Guadalajara.
Fotografías del candente convivio se filtraron en redes sociales y en ellas se ve a Dueñas muy acaramelado con una de sus cariñosas invitadas.
Dueñas es un hombre casado, pero eso no le impidió darse el gusto de pasara el tiempo con otras mujeres justo antes del partido más importante de su carrera profesional.
Cuando dijo que los jugadores de fútbol no salen a la cancha para darle gusto a los aficionados, Dueñas desdeñó a los que le ha dado todo lo que tiene.
La camioneta BMW que maneja, la casa de lujo que tiene en Monterrey, las vacaciones que goza en destinos exóticos, la renta de mujeres de la vida galante, todos esos gustos que se da, provienen directamente del bolsillo de los aficionados por los que Dueñas no siente ni el más mínimo respeto.
Como jugador, Dueñas apenas rebasa la medida de mediocre.
Como persona, Dueñas es un asco total.