Aún no está completamente instalado en su nueva oficina, pero Rafael Fernández de Castro, el recién nombrado director del Centro de Estudios México-Estados Unidos de la Universidad de California en San Diego, está listo para asumir su nuevo cargo.

Sus cuadros están en el suelo, esperando ser colgados, mientras Fernández de Castro en tono de broma comparte que recientemente pasó su examen de licencia de conducir. “Pensé que era muy difícil, pero pasé afortunadamente”, dijo con una risa.

Fernández de Castro dejó su vida en México para dirigir el centro, al que él se refiere como el centro de estudios estadounidenses más importante de todas las universidades de los Estados Unidos.

El Centro de Estudios México-Estados Unidos es una institución de investigación de políticas que forma parte de la Escuela de Política y Estrategia Mundial de UC San Diego. Este organismo es una fuente de investigación para la creación e implementación de políticas públicas y tiene uno de los programas de becas residenciales más grandes en los Estados Unidos para la investigación sobre México.

“Estoy convencido que ningún centro de estudios en Estados Unidos ha producido tanto conocimiento sobre México y la relación México-Estados Unidos”, dijo Fernández de Castro.

Es durante un momento políticamente interesante en que Fernández de Castro asume este nuevo cargo. A medida que los prototipos del muro fronterizo se están construyendo en San Diego y se discuten nuevas políticas migratorias, hay inevitable integración entre los Estados Unidos y México, especialmente en la región San Diego-Tijuana, según Fernández de Castro.

“México y los Estados Unidos se están integrando independientemente de la voluntad de Washington y la Ciudad de México”, dijo. “Lo que en este centro podemos hacer es generar ideas, generar propuestas, para que justamente sea más fácil el proceso de integración”.

Dijo que esta “integración independiente” fue obvia después de que San Diego y Tijuana colaboraron para enviar ayuda a la Ciudad de México después del terremoto el 19 de septiembre.

“La verdad me pone muy optimista porque más allá de la voluntad de los políticos, me queda claro que la gente en los Estados Unidos y la gente en México, y sobre todo en la frontera, entiende perfectamente el valor de la cooperación”, dijo. “Entienden perfectamente el valor en la coordinación, entienden perfectamente que tenemos un presente y un futuro compartidos”.

Hay varios retos que él ve, porque la relación entre ambos países es muy compleja y hay muchas ideas de perjuicio de ambas partes, pero él está decidido a insistir en más interacción.

Él encontró su pasión por estudiar la relación entre los dos países al comenzar su carrera cuando él terminó una pasantía en Washington con el político Henry Barbosa González.

Fernández de Castro decidió dedicar su trabajo tanto a nivel académico como gubernamental a la relación México-Estados Unidos.

Originario de la Ciudad de México, Fernández de Castro se trasladó a Austin, Texas para conseguir su maestría en política pública. Luego obtuvo su doctorado en ciencias políticas de la Universidad Georgetown.

Se desempeñó como asesor de política exterior del ex presidente mexicano Felipe Calderón y fue fundador y ex presidente del Departamento de Estudios Internacionales del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) en la Ciudad de México.

Ahora, como director del centro en UCSD, su objetivo es hacer que el centro sea bien conocido y convertirlo en un lugar donde se puedan generar ideas para facilitar la cooperación entre México y los Estados Unidos.

“Como académico, quiero poner mi grano de arena para insistir que, si cooperamos, los mexicanos y los estadounidenses, vamos a tener un mejor futuro”, dijo Fernández de Castro.