Victoria “Vicky” Soto, hija y nieta de inmigrantes puertorriqueños e irlandeses, descanse en paz
México del Norte
Por Jorge Mújica Murias
Balas y Constitución
“A well-regulated Militia, being necessary to the security of a free State, the right of the people to keep and bear arms, shall not be infringed”. Así dice la Segunda Enmienda de la Constitución de Estados Unidos, “Una milicia bien regulada, siendo necesaria para la seguridad de un Estado libre, el derecho del pueblo de tener y portar armas, no deberá ser restringido”.
El parrafito ha sido interpretado y reinterpretado durante más de 200 años, para ser entendido no como un concepto de que para preservar la seguridad del país era necesario que la gente tuviera capacidad de responder a una invasión, sino como un derecho irrestricto para comprar e incluso portar un arma.
Así llegamos a Newtown, Connecticut, donde un cuate con más problemas mentales que otros asesinó a 27 personas, 18 de ellos niños.
No es novedad. Ha habido 31 masacres solamente en escuelas en este país desde 1999, cuando otros dos cuates con broncas mentales inauguraron una época abriendo fuego contra sus compañeros estudiantes en la Secundaria de Columbine, en Colorado.
En contraste, ha habido 14 balaceras en escuelas en el resto del planeta durante ese período.
La lista de masacres es larga. Solamente este año, entre otros, tres jóvenes fueron asesinados en la Secundaria Chardon en Ohio; un ex estudiante de la Universidad Oikos en Oakland asesinó a varios estudiantes; 5 estudiantes negros fueron asesinados en Tulsa, Oklahoma; un loco asesinó a 12 personas al estrenarse la película de Batman en Colorado; un veterano de guerra abrió fuego en un templo Sikh en Oak Creek, Wisconsin. En 2011 hubo tres asesinatos masivos, dos en 2010, que costaron 32 vidas y 31 heridos y así por el estilo.
En general, la cantidad de asesinatos por armas de fuego en Estados Unidos es 19 veces más alta que en otros países del mismo nivel económico, unos 11 mil cada año en promedio.
Pero la Constitución dice que es un “derecho” tener y portar armas. Los defensores de la tal enmienda sostienen que “las armas no matan a nadie, sino que las personas matan otras personas”. Es un argumento ridículo porque esas armas están expresamente diseñadas para matar gente y nada más. No hay modo de irse de cacería de conejos con un Colt AR-15, ni de cazar venados con una Uzi.
Negocio y Cultura
Ahora dice Barack Obama que hay que hacer algo, y la discusión se encamina a regular a los locos, en vez de las armas.
En el fondo, lo que habría que regular es un negocio, el de las armas, tercero más productivo en el mundo después del tráfico de drogas y el de personas, y una cultura armamentista y agresiva.
Igual que la lista de masacres es larga, la de intervenciones militares de Estados Unidos en el resto del mundo también lo es. Prácticamente, Estados Unidos ha participado, patrocinado o promovido alguna guerra o invasión a otro país del mundo una vez cada año de sus 230 de vida independiente.
El calendario del país está repleto de festejos para el ejército, los veteranos, las batallas, los héroes de la guerra y los mártires de guerra. No los de los países invadidos, claro, sino los invasores muertos en su misión de ir a matar gente a otro lado.
En varios estados se celebra el nacimiento del general sureño Robert Lee, perdedor de la Guerra Civil en Estados Unidos; en otros se celebra el “Día de los Confederados”, que sería como si en México celebráramos el Día de Miramón y Mejía, los traidores que apoyaban a Maximiliano durante la invasión francesa a México. También se celebran el “Día del Patriota” y el “Día de la Lealtad”, un festejo para que “la gente celebre su libertad mientras recuerda sus responsabilidades para continuar el legado de la libertad”.
Curiosamente, el Día de la Lealtad se celebra el Primero de Mayo, y nació como respuesta al Día Internacional de los Trabajadores. Se trataba de borrar la idea de la comunidad mundial y la igualdad de los trabajadores de todo el mundo, y sustituirlo por un evento nacionalista, machista y patriotero.
En otras palabras, es el día de recordar que hay libertades como la de tener y portar armas, y ya encarrerados, pues ir a usarlas para lo que están hechas, matar a cualquiera por ahí en un centro comercial o una escuela.
En este tema se plantean muchas “soluciones”, desde pruebas de salud mental para comprar un arma hasta mochilas blindadas en las escuelas. Pero nadie ha planteado dejar de producir y vender mercancías designadas para matar gente y la correspondiente cultura que de hay que asesinar a alguien más para “seguir siendo libre”.
En otras palabras, no hay ninguna solución real.
Contacto Jorge Mújica Murias e jmujicam@gmail.com