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Ya ni Llorar es Bueno

Author: Leon Bravo
Created: 19 November, 2018
Updated: 13 September, 2023
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3 min read

No importa que tu casa sea una modesta residencia o una mansión de lujo.

Lo verdaderamente importante es mantenerla siempre limpia, bien arreglada y con el mantenimiento básico para que todo funcione como debe de ser.

Los cuidados deben ser más especiales aún cuando esperas que a tu hogar llegue un invitado muy especial.

El huésped en cuestión se merece todas las deferencias que le puedas ofrecer.

Paredes limpias, pisos pulcros, alfombras aspiradas y manteles largos decorando la mesa del comedor.

Es lógico que quieras hacer todo lo posible para que el invitado se lleve la mejor de las impresiones.

Lástima que no todos piensen así, lástima que el Estadio Azteca esté siendo administrado por un grupo de ineptos y torpes ejecutivos.

El suceso deportivo más importante del año en México, el espectáculo que sería visto por millones de personas en ambos lados de la frontera, un duelo entre dos potencias, terminó por ser un fiasco y bochorno internacional.

En su incapacidad por tener lista la cancha de juego para que los Rams de Los Ángeles y los Chiefs de Kansas City diputaran el partido del lunes por la noche de la NFL, los administradores del Estadio Azteca le hicieron pasar a su país una vergüenza histórica.

A los cerebros descompuestos que manejan el Coloso de Santa Úrusla se les ocurrió cambiar el tipo de césped de una cancha que siempre ha sido admirada por su belleza.

Una nueva superficie híbrida, que incorpora 90 por ciento de césped natural y 10 por ciento de pasto artificial, fue colocada en el Estadio Azteca una semana ante de que iniciara el Torneo Apertura 2018.

Desde que arrancó el campeonato de la Liga MX, la cancha del único estadio en la historia en haber sido escenario de dos finales de Copa del Mundo, ha sido un desastre.

Es en ese potrero donde las Águilas del América y el Cruz Azul han tenido que disputar sus partidos y es un verdadero milagro que hasta ahora ninguno de sus jugadores se haya lesionado de gravedad en esa cancha.

Hoyos, surcos y parches han venido a reemplazar al eterno y terso césped verde que el Estadio Azteca solía presumirle al mundo entero.

No solo se escogió un tipo de pasto inadecuado para la superficie del Estadio Azteca, sino que además, la cancha ha sido utilizada para infinidad de conciertos y eventos multitudinarios.

Al ver el pésimo estado de la cancha, la NFL no se tocó el corazón para cancelar el juego entre Rams y Chiefs.

No había razón alguna para exponer a sus atletas a una lesión en un escenario que parece un chiquero de puercos y no una cancha de futbol.

Bien hicieron los invitados en no entrar a la casa sucia, fea, descuidada y destruida que les ofrecían para pasar la noche del lunes.

La incompetencia de la gente que administra el Estadio Azteca echó a perder los años de trabajo que se tuvieron que invertir para convencer a la NFL de que México es un hogar digno de ser tomado en cuenta.