Buscan Apoyo Para Haitianos al Sur de la Frontera
Durante un recorrido a través de nueve fronteras y que puede durar meses, el inmigrante haitiano ha sido víctima de robo y acoso. Unos han cruzado ríos cargando a recién nacidos sobre sus cabezas, mientras las corrientes de agua alcanzaban a la altura del cuello. Todo este esfuerzo para alcanzar una meta: los Estados Unidos.
En el 2016, más de 12,000 haitianos llegaron a la ciudad fronteriza de Tijuana después de haber huido de Haití, un país debilitado por la pobreza.
Mientras los migrantes llegaban a Tijuana, miles de haitianos fueron dados de alta por agentes de inmigración estadounidenses y al pisar la ciudad de San Diego un promedio de 33 haitianos llegaron a una pequeña iglesia en Normal Heights buscando asilo cada dia. Esto aconteció por cuatro meses, entre Junio y Septiembre del 2016.
“Algunas noches llegaban 12 personas, pero otras noches eran 72 personas,” Bill Jenkins, el pastor de Christ Ministry Center en San Diego, dice. “Nos convertimos en un pequeño campo de refugiados. Antes la gente no sabía a donde ir y se quedaba en la calle.”
Durante estos cuatro meses, el suelo de la pequeña iglesia estaba cubierto de colchones inflables, cobijas, y personas durmiendo. También se volvió algo común que la única regadera en el edificio estuviera ocupada día y noche, Jenkins recuerda.
En Septiembre las cosas cambiaron. La administración de Obama anunció que la política de inmigración dirigida hacia los haitianos sería más restringida. Al mismo tiempo, la ciudad de San Diego le prohibió a la iglesia darle asilo a más de seis personas, el argumento siendo que las leyes locales de zonificación no permitían a más gente. Con estos cambios, el número de inmigrantes haitianos fue bajando poco a poco y cuando era mucha demanda, prioridad se le fue dando a mujeres y niños.
En este último mes, han nacido 10 bebés en la iglesia. Pronto podrían ser 11, pues actualmente, Sandy Berialove Baptiste, una mujer embarazada, duerme en la iglesia con otras cuatro mujeres y podría dar a luz en los siguiente meses si es que no consigue unificarse con su familia.
Pero aunque la iglesia en San Diego ya no reciba tanta gente, los albergues en Tijuana siguen lidiando con miles de haitianos que siguen esperando entrar a los Estados Unidos. En muchos de estos lugares no hay camas, colchones, cobijas o comida. El simple hecho de no tener la infraestructura necesaria o el espacio disponible limita a los voluntarios tratando de dar asilo a los inmigrantes.
Pero organizaciones en San Diego, incluyendo a Christ Ministry Center están ayudando. El 5 de enero anunció la iglesia un acuerdo de ayuda transfronteriza con la Iglesia Embajadores de Jesús en Tijuana, que es uno de los lugares con más gente. Se aproxima que entre 300 y 400 haitianos se alojan en esta iglesia cada dia.
El acuerdo fue inspirado por un señor de Santa Cruz, Paul Johnston, que quiso ayudar a la iglesia Tijuanense después de haberla visitado a mediados de diciembre.
El acto de bondad también coincide con que la iglesia de San Diego conoce las dificultades por las que la Iglesia Embajadores de Jesús en Tijuana padece. Pues poco a poco se fue corriendo la voz de su existencia y los haitianos fueron llegando a pie, en autobús, o en taxi.
Dentro de esta iglesia, camas hechas con ladrillos y tablas cubren un piso que normalmente es usado para gente que va a misa.
Aquellos que necesitan agua, comida, cobijas o ropa dependen de la bondad de extraños y donaciones. El pastor Gustavo Banda Aceves dice que la ciudad de Tijuana no les da dinero, pero si dona costales de arroz de vez en cuando.
“Muchas de la gente que se queda aquí son niños,” Banda Aceves dice.
Banda Aceves dice que por el momento lo más urgente es la comida, sobre todo el pollo, arroz, pasta y el atún. El acceso al agua, por ejemplo, también ha sido una dificultad. Banda Aceves dice que la Comisión Estatal de Servicios Publicos en Tijuana tardó tres meses en poder instalar un servicio de agua con pipas.
Una de las razones por las que Johnston y Jenkins están tratando de promover el nuevo acuerdo transfronterizo con esta iglesia es porque todavía hay mucha incertidumbre sobre el futuro de los haitianos que estan en Mexico por el momento.
“No todos van a poder cruzar y tenemos que ver cómo ayudar a las personas que tienen que quedarse en México,” mencionó Johnston.
Por lo pronto, se han recaudado 700 dólares y Jenkins dice que ese dinero se ira directo a comprar comida para los haitianos, pagar ciertas utilidades en la iglesia y otras necesidades.
“Si alguien quiere donar y confían en nosotros, prometemos usar el dinero para el bien,” Jenkins mencionó. “Nosotros estuvimos en su lugar el año pasado y entendemos que es la necesidad.”