Los números no mienten, y la radiografía estadística muestra claramente cuál es la enfermedad que tiene a los Chargers al borde del colapso.
De 2015 a la fecha, el equipo de San Diego suma tres triunfos y 14 derrotas en partidos que se han decidido por ocho puntos o menos.
Ningún otro conjunto de la NFL ha perdido en ese mismo periodo tal cantidad de encuentros por ese mismo margen.
El domingo pasado, los Chargers dejaron escapar el triunfo que hasta el último cuarto del partido tenían sobre los Saints de Nueva Orleans.
Una vez más, la defensiva de San Diego hizo agua en los últimos minutos del encuentro y terminó por llevarse una dolorosa derrota de 35-34 en el Qualcomm Stadium.
Con ese tropiezo, los Chargers dejaron su marca de la temporada en 1-3, y sus aspiraciones de playoffs comienzan a verse limitadas.
“Nuestra actuación es simplemente inaceptable”, dijo en tono enérgico el entrenador en jefe de los Chargers Mike McCoy.
“No es posible que cometemos tantos errores cuando tenemos en nuestras manos la oportunidad de cerrar los partidos a nuestro favor”, apuntó después del encuentro contra los Saints.
“No podemos estar regalando partidos”, dijo  McCoy, quien el domingo llevará a su equipo a Oakland para enfrentar a los Raiders.
Ese encuentro bien puede ser el que termine por marcar el destino de los Chargers esta temporada.
Los Raiders ocupan el segundo lugar de la División Oeste de la Conferencia Americana con récord de 3-1, mientras que San Diego ocupa el sótano del mismo grupo.
“Yo soy el principal responsable de lo que está pasando. Yo he cometido graves errores dirigiendo a este equipo, pero es hora de que todos comencemos a actuar de una manera congruente para poder ganar partidos”, comentó McCoy.