Gastón Después de la Deportación
Desde el otro lado de la frontera, en el extremo norte de México, se encuentra Gastón Cazares. Él es un hombre de origen mexicano quien por 29 años vivió en el Condado de San Diego, donde vio nacer y crecer a sus dos hijos y donde formó un hogar.
A menos de un año de la llegada del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump a la casa blanca y con el refuerzo de las políticas migratorias en el país, la posibilidad de mantener su permiso humanitario que por más de cinco años portó sin percances fue imposible.
“A mí cuando me lo otorgaron, los mismos oficiales me dijeron: Pórtate bien y así vas a estar todo el tiempo con tu permiso, y ahora que entró la nueva administración fue cuando cambió todo”, dijo Cazares después de ser deportado a la ciudad de Tijuana.
Aunque Cazares mantenía más de dos décadas en Estados Unidos, ya había sido deportado en una ocasión a México.
Su necesidad de ir a ver a sus padres en su país de origen e intentar cruzar por la garita de San Ysidro con su licencia de conducir le costó una expulsión de los Estados Unidos.
Durante su estadía en Estados Unidos, Cazares contaba con un record criminal sin faltas. De igual forma, Cazares atendía a su hijo Iván, de siete años de edad, quien padece autismo.
“Iván siempre me seguía, siempre estuvo a mi lado, estábamos juntos en todas las actividades que hacíamos fuera de la casa”, señaló Cazares. “Cuando yo no trabajaba, íbamos al gimnasio juntos. A él le encantaban los legos, siempre me esperaba para ir a comprar, tenía su rutina conmigo”.
Los sueños de Cazares de un día poder regresar a Estados Unidos hoy se ven frustrados por la serie de permisos humanitarios que el gobierno federal ha quitado a miles de familias trabajadoras como la suya, parte de una política migratoria que no mide entre criminales y personas en busca de una mejor calidad de vida.
“Estamos viendo un envalentonamiento de los oficiales de inmigración, que ahora creen que pueden hacer lo que se les dé la gana, para a la gente porque tiene aspecto hispano, los detienen en la calle, lo cual es completamente inconstitucional”, dijo el abogado de migración, Jan Joseph Bejar.
Sin embargo, ni Cazares, ni su familia, se han rendido y dicen pensar en más posibilidades y opciones para un día estar reunidos nuevamente en San Diego. Por lo pronto, sus hijos llegaron a la ciudad de Tijuana a visitarlo.
“Me dio mucho gusto verlos”, confesó Cazares. “Me dio mucha tristeza ver a mi hija que siempre ha sido la más fuerte y no soporto despedirse. Yo quiero seguir, agotar todas las opciones, mi sueño es regresar a San Diego con mi familia, más que nada por Iván”.
Fundaciones y activistas también buscan ayudar a Gastón Cazares y su familia desde Estados Unidos. Por medio de la campaña “We Are All Gaston” se busca apoyar el regreso de Cazares a Estados Unidos. Esta se puede accesar en línea accesando a https://www.youcaring.com/gasoncazareshisfamily-965187.