El Jardín de Jóvenes de Second Chance, el cual ofrece habilidades de preparación para el trabajo a través de la combinación de aula y aprendizaje práctico con la jardinería, ha alcanzado su capacidad y busca nuevos espacios para el crecimiento del programa.

El jardín, un programa de Second Chance, una organización sin fines de lucro con sede en San Diego que brinda programas para jóvenes en riesgo, es un programa de seis semanas para personas entre 14 y 21 años.

Second Chance actualmente tiene dos espacios para el jardín, pero según Trisha Gooch, vicepresidenta de avance y asuntos externos de Second Chance, estos ya han alcanzado su capacidad y están buscando un espacio para crecer.

Los jardines de esta organización están ubicados en Encanto y City Heights, por lo que esperan poder quedarse en el sureste de San Diego.

Ella dijo que, si alguien puede donar tierras a la organización, les ayudaría a aumentar la cantidad de productos agrícolas que los participantes pueden cultivar y aumentar los ingresos para el programa.

Los participantes asisten al programa cuatro días a la semana y aprenden no sólo cómo cultivar un jardín, sino también la importancia de la nutrición, cómo vender sus productos agrícolas durante su mercado pop-up semanal y obtienen un salario, según Gooch.

“Lo más importante que (el Jardín de Jóvenes de Second Chance) ofrece para los adolescentes es algo positivo y constructivo”, dijo Gooch.

Aunque tirar malas hierbas y regar las plantas bajo el sol no parece ser la primera actividad que un adolescente elegiría hacer voluntariamente, los participantes del Jardín de Jóvenes de Second Chance realizan estas actividades para tener la oportunidad de un mejor futuro.

Jesse Hernández, estaba buscando justo eso cuando se unió al jardín de jóvenes en septiembre y nuevamente en enero.
El originario de Paradise Hills, de 17 años, estaba buscando expandir sus oportunidades y algo para mantenerlo ocupado y fuera de problemas.

“En la vida, solo quiero crecer, expandirme y ser más”, dijo Hernández. “Vivo por el conocimiento y vivo para el crecimiento”.

Hernández se unió al Jardín de Jóvenes de Second Chance en septiembre, pero no pudo completarlo por razones personales, por lo que regresó en enero.

Actualmente se encuentra en su último año de la preparatoria y pronto comenzará a trabajar como practicante en la Ciudad de San Diego, y planea asistir a la universidad comunitaria en 2019.

Él es un apasionado de la comunicación y el aprendizaje de las razones detrás de las interacciones de las personas, algo que aprendió a través del jardín de jóvenes.

Hernández dijo que el programa lo ayudó a aprender a ser más puntual, a trabajar en equipo y a mejorar sus habilidades de comunicación.

Dijo que él brinda animo a otros a aprovechar las oportunidades que ofrece el jardín o cualquier otra oportunidad que les permita hacer algo nuevo.

El producto agrícola del jardín de jóvenes se vende a través de un programa de agricultura respaldado por la comunidad (CSA, por sus siglas en inglés), que incluye 10 cajas semanales de productos agrícolas frescos por 300 dólares.

Los estudiantes también tienen la oportunidad de desarrollar habilidades de ventas y marketing al vender productos agrícolas durante su mercado pop-up.

De acuerdo a Gooch, el dinero generado por las ventas proporciona los salarios de los participantes y ella dijo que a menudo los participantes están tomando es dinero para ayudar a sus familias.

Gooch dijo que dependen del apoyo de la comunidad para mantener el programa en marcha, por lo que animan a que los miembros de la comunidad se unan al programa CSA, asistan a los mercados pop-up, y donen al jardín a través de su sitio web.

Ella dijo que los participantes a menudo se sorprenden de lo mucho que disfrutan el programa y agregó que en algunos casos algunos prefieren estar allí que en su casa.

“Eso me dice mucho, que un adolescente preferiría trabajar bajo el sol sacando malas hierbas que irse a casa, así que creo que siempre se sorprenden de que sea tan divertido como lo es”, dijo Gooch. “Están sorprendidos de que hayan aprendido tanto, y siempre están agradecidos de que pueden venir y que alguien los escuche”.