La Locura en Washington
Por ahí dicen que el primer paso para ser rehabilitado es admitir que tienes un problema. Pues aquí en Washington, D.C. tal parece que la mayoría de los políticos simple y sencillamente no han tomado este importante paso. Es como si no lo supieran porque nuestra economía sigue mal y el índice de desempleo nacional se aproxima al casi 10 por ciento – O sea, uno de cada diez americanos carece de un empleo fijo. El problema en Washington es que los políticos están convencidos que la mejor forma de levantar nuestra economía es el gastar; a pesar de que este intento no ha acertado.
En lugar de buscar hacia otras alternativas para estimular a nuestra economía, este Congreso cree que el seguir gastando más es la única solución para enfrentar este desafío. La lógica de este intento es como si nosotros fuéramos de compras para salir de nuestras deudas.
Para entender en dónde estamos, tenemos que retroceder un año atrás cuando el presidente Obama firmó el proyecto de ley titulado, “American Recovery and Reinvestment Act”, prometiéndonos que la medida rápidamente levantaría a nuestra economía y bajaría la tasa de desempleo. La realidad es que la medida no era más que un carísimo gasto innecesario.
Aquellos oponiéndose a la medida fueron fuertemente criticados por muchos en la Izquierda por no querer hacer algo por la economía. Pero después de un año, la realidad refleja que las medidas del presidente y el Congreso fueron poco acertadas. Como prueba, solo tenemos que darnos cuenta que la tasa de desempleo es del casi 10 por ciento – y el 13 por ciento para la población hispana, según el periódico .
Aun así, la Casa Blanca nos dice que ese masivo proyecto de ley fue un gran éxito. Es más, hasta hace poco la Casa Blanca estaba afirmando que gracias a este proyecto de “estímulo”, habíamos creado o salvado a muchos empleos. Poco después, la Casa Blanca tuvo que reconocer que realmente no había forma de verificar sus audaces declaraciones respecto al número de empleos creados o salvados. Aun así, la Casa Blanca despacho a más de 35 asesores a varios puntos del país para constatar el aparente éxito del plan de “estimulo”.
Aunque parezca increíble, muchos en el Congreso están apoyando otro plan de estímulo que incluirá más gastos innecesarios. Aparentemente el Congreso está convencido que la tercera será la vencida.
¿Por qué no pensar en otros intentos? Por ejemplo, los políticos podrían considerar el aprobar los varios tratados de libre comercio para levantar a nuestra economía. El abrir nuestros mercados a más comercio, el Congreso podría crear verdaderos empleos para nuestro pueblo. De importancia – entre los varios tratados de libre comercio incluye el acuerdo pendiente con Colombia. Además de ser uno de nuestros más importantes socios en comercio, el país Colombiano también es uno de nuestros más grandes amigos y aliados en el hemisferio.
Tristemente existen varios y poderosos intereses que están impidiendo que estos tratados sean aprobados. Izquierdistas en el Congreso no quieren arriesgarse a enfadar a los poderosos sindicatos y poner en peligro la posibilidad de recibir aun más ayuda financiera para sus campañas políticas.
La política no debería interferir con el tomar la apropiada respuesta para ayudar al pueblo entero. En nuestro recientemente publicado, Índice de Libertad Económica, varios de nuestros economistas y expertos en asuntos de relaciones exteriores demuestran la importancia en el comercio con economías saludables y potentes en el mundo entero. Los expertos llegan a la conclusión que el proteccionismo perjudica a los pueblos.
En lugar de escribir otro cheque en blanco con la esperanza de que el gastar más ayudara a nuestra economía, el Congreso debería considerar el recortar nuestros impuestos. Haciendo eso nos regresaría más de nuestro propio dinero – que pagamos con nuestro salario – para que nosotros mismos elijamos como gastarlo. Ese intento proveería a nuestra economía verdadero estímulo.
Recortando nuestros impuestos sería particularmente importante para nuestra comunidad, que son dueños de pequeños negocios. Para aquellos que son dueños de sus propios negocios, teniendo más dinero de regreso del gobierno podría resultar en el agrandar el negocio – o invertir ese dinero en otra manera.
Lamentablemente, tal parece que estas ideas no serán consideradas en la marcha del Congreso en seguir gastando.
Para la mayoría de nosotros, cada fin de mes trae el deber de pagar la renta o la cuenta de las tarjetas de crédito. Aquí en Washington, estas reglas no se aplican al Congreso. Y si seguimos así, todos empezaremos a ver nuestros impuestos subiendo y subiendo para satisfacer el incesante apetito del Congreso.
Israel Ortega es un Asociado de Prensa y Medios de Comunicación para la Fundación Heritage en Washington, D.C. www.heritage.org