La Saga de Hank Rhon Parte II
El Maserati negro pareció seguir a su dueño durante todo el martes y no descansar hasta llevarlo a la mansión en los terrenos del Hipódromo Caliente.
Primero estuvo estacionado entre el polvo, afuera del penal del Hongo donde esperaban sus fieles seguidores a la luz de las fogatas y un grupo de periodistas, a quienes policías y militares obligaron a caminar en el frío para lograr estar cerca.
Para los abogados de su defensa era clara la debilidad del caso contra Hank y así lo explicó su abogado Fernando Benitez a un enjambre de reporteros.
“Que le parece que ahorita yo saco un cuchillo y le pongo su nombre, ¿ya es suyo? Claro que no, eso es una como le diré, insulto a la inteligencia eso… ya… ¿vio usted las armas que trascendieron en los medios?”dijo Benitez.
“Es un rifle ya no digamos de la revolución, yo diría que de la conquista, ¿ese es el caso de la fiscalía? ¿Eso es lo que tienen?, ¿para eso, con eso justifican la millonada que están gastando en horas hombre, recursos de la procuraduría, de tribunales, lo que han hecho gastar a los indiciados en su defensa? Eso es lo que nos dicen al pueblo de México las autoridades, yo esperaba algo más sinceramente, yo esperaba algo con más carnita”.
Al filo de las 3:20 de la mañana, la juez del noveno distrito dictó la libertad del ex alcalde, pero el Mazerati negro se quedó esperando, porque Hank fue inmediatamente retenido de nuevo y transportado en convoy militar hasta Playas de Tijuana, a la unidad antisecuestros de la Procuraduría General de Justicia del Estado.
El político, magnate, excéntrico, dueño del hipódromo y de un zoológico, fue llamado a declarar, ya no por las 88 armas presuntamente encontradas por el ejército en su domicilio la madrugada del sábado 4, ni por las 2 armas tipo escuadra que estaban en ese arsenal y son mencionadas en dos casos de homicidios en Tijuana.
Hank fue llamado a declarar por el delito de homicidio y se solicitó su arraigo, mientras tanto se mantuvo en las oficinas estatales.
Afuera del recinto resguardado de tanquetas, sus simpatizantes se enfrentaban a gritos con los policías y los reporteros desvelados ya pedían café sin importar el origen o su temperatura.
Tampoco ahí se reunieron el Maserati y su dueño, ya que Hank fue enviado a toda velocidad al hotel San Luis, cercano al penal de La Mesa, donde —aun vestido de ropa deportiva gris como lo hacen los reos——, se esperaba que se anunciara su arraigo.
A las dos de la tarde fue el propio procurador de justicia quien habló del caso de la joven asesinada, Angélica María, quien a los 24 años de edad fuera baleada por desconocidos y llevada al hospital Angeles por el propio Sergio Hank Krauss.
El asesinato ocurrió el 13 de agosto del 2009 y según el testimonio de Hank Krauss habían estado en una fiesta, la fue a dejar a su departamento y de camino a su casa recibió la llamada de su novia, —con la que tiene una hija entonces de 11 meses— que le hablaba de unos hombres armados.
Al llegar la encontró malherida y la llevó al hospital.
Ni el ni sus guaruras llamaron a la policía y después, Hank Krauss lavó el auto y su ropa ensangrentada. Los policías no encontraron un solo casquillo en la escena del crimen.
El ex marido de la joven, un policía, acudió al Ministerio Público al saber del ataque contra Angélica y se sometió a una prueba que mostraba que él no disparó un arma.
A pesar de lo sonado del caso y el reciente puesto público de su padre, Hank Krauss nunca fue acusado del asesinato y todo quedó bajo la investigación 5640/09/206
Según el Procurador, la fiscalía tiene al asesino material quien declaró que fue Hank padre quien ordenara el asesinato de la joven.
Pero casi de manera simultánea a la conferencia de la procuraduría, se daría el fallo del juez que no avalara la petición de arraigo de la procuraduría de justicia, argumentando la falta de elementos para consignar al magnate por este delito.
Así, por segunda vez en menos de 24 horas fue ordenada la libertad del hombre más rico de Tijuana y por fin, a bordo de su Maserati pudo llegar a los terrenos del hipódromo con su esposa Maria Elvia, quien se recupera de cáncer.
Al caer la noche empezaron a llegar como a gotas constantes sus seguidores, a llenar el estacionamiento de Caliente y celebrar así su liberación tras once días de suspenso, gritando como lo hicieran en las manifestaciones..
Luego de un día como éste, la especulación y acusaciones han seguido fluyendo: Que PAN y PRI pactaron la liberación del empresario; Que la detención dejó en ridículo al ejército, al presidente, al procurador del estado.
Y Hank? Se puso la camiseta de la selección y acudió al partido en su estadio, con la barba crecida enmarcando su sonrisa, una vez más.