La Doctora Anita Figueredo era tan bajita que cuando estaba en el quirófano realizando una cirugía tenía que pararse sobre un banquito para poder hacer la operación.

Figueredo medía menos de cinco pies de altura, pero su corazón y lo que logró en sus 93 años de edad fueron insuperables: ella fue la primera mujer cirujana en todo el Condado de San Diego.

Aunque la Doctora Figueredo murió hace cinco años, en el 2010, su legado continúa teniendo un fuerte impacto en la comunidad.

Este año ella es una de seis mujeres que fueron incluidas en el Salón de la Fama de las Mujeres del Condado de San Diego en una ceremonia el domingo 1 de marzo en el Jacobs Center, con motivo del Mes de la Mujer. Además de Figueredo, otra latina fue honrada en el evento, la educadora y artista Viviana Enrique Acosta.

A parte de su labor como cirujana oncóloga en el hospital Scripps de La Jolla por varías décadas, Figueredo fue una amiga intima de la Madre Teresa de Calcuta, quien la llamaba “la apóstol sonriente de la caridad”.

La Doctora Figueredo fundó su propia organización sin fines de lucro, Amigos de los Pobres, en 1982, con la meta de ayudar a los más pobres de San Diego y Tijuana. La organización continúa con la misión hasta hoy.

Figueredo nació en Costa Rica y emigró a Estados Unidos junto a su madre cuando tenía apenas cinco años, para poder lograr su temprano sueño de convertirse en médico. Eso era algo casi imposible en su país natal; tanto, que ella se convirtió en la primera mujer costarricense en obtener un título en medicina.

“Mi madre siempre mantuvo fuertes lazos con su familia en Costa Rica y habló un español perfecto toda su vida”, dijo su hija Sarita Eastman. “Ella estaba orgullosa de ser latina y, como médico, sirvió a muchos pacientes hispanoparlantes”.

Un año antes de la muerte de su madre, Eastman publicó su biografía, A Trail of Light: The Very Full Life of Dr. Anita Figueredo, que fue traducido al español en Costa Rica.

“Anita fue la madre más amorosa a sus nueve hijos que te puedas imaginar”, recordó Eastman. “Todos estábamos intensamente orgullosos de ella mientras estaba viva y estamos emocionados de que su extraordinaria historia será conocida por las generaciones futuras a través del Salón de la Fama de las Mujeres del Condado de San Diego”.

Ashley Gardner, directora ejecutiva del Museo de la Mujer de California, indicó que cada año hay latinas incluidas al Salón de la Fama de las Mujeres del Condado de San Diego.

“Tratamos de dar una representación completa de toda nuestra comunidad”, dijo Gardner. “Y con una población e historia tan grande en San Diego, sería un descuido importante no tener a por lo menos una latina cada año”.

La educadora y artista Viviana Enrique Acosta es la otra latina seleccionada este año por su labor de mantener vivas las tradiciones y culturas latinas a través de la danza y las artes, en proyectos como Ballet Folklórico en Aztlán y Muevete Dance Studio. Su propia madre, Herminia Tecihtzin Enrique Acosta fue incluida al Salón de la Fama en el 2004 también por su labor cultural.

“Me siento muy honrada y privilegiada de ser incluida”, afirmó Viviana Enrique Acosta. “Es a través de la danza, la música y los vestuarios de las varias regiones representadas en el ballet folklórico que la historia de nuestra gente es preservada y compartida”.

La Doctora Figueredo fue seleccionada en la categoría de Pionera y Enrique Acosta en la de Historiadora.

“Sentimos que las poderosas historias de estas mujeres son una inspiración, no solo para su comunidad, sino para todos” aseguró Gardner. “La inclusión y la diversidad han sido y son la piedra angular de los valores en el Museo de las Mujeres de California”.

Unas 300 personas asistieron a la ceremonia el 1 de marzo, a pesar que estaba cayendo una tormenta en San Diego.

Durante el evento, Viviana Enrique Acosta dijo sentirse honrada por el reconicimiento.

“La gente como yo no recibimos premios”, dijo en forma de broma.

Para conocer más acerca del Salón de la Fama de las Mujeres del Condado de San Diego, visite www.womenshalloffamesd.org.