Rosenda Duarte volvió a abrazar a sus cuatro hijos tras haber permanecido casi un mes bajo custodia de autoridades de inmigración.

El pasado lunes, la señora Duarte fue liberada del centro de detención de Otay Mesa y ahora, aboga para que su esposo Francisco Duarte gane la apelación y se le conceda también una fianza que le permita continuar su proceso legal al lado de su familia.

“(Me siento) agradecida y agradecida más que nada con Dios”, dijo la madre de familia tras haber sido liberada a unos pasos de la garita de San Ysidro.

Sus hijos Francisco, Luis y las gemelas Aracely y Yarely han encabezado la lucha para tener de vuelta sus padres luego de que fueron detenidos frente a su casa en un operativo de la Patrulla Fronteriza.

Francisco y Rosenda Duarte llegaron a Estados Unidos desde México hace más de veinte años y han sustentado su hogar dedicándose a la venta de paletas hielo en National City.

Sus cuatro hijos, todos ellos ciudadanos estadounidenses de edades entre los 19 y 12 años, han sido condecorados por sus escuelas en donde siempre han sobresalido por sus buenas calificaciones.

Autoridades federales argumentan que la detención se basó en la sospecha de que la pareja albergaba personas indocumentadas en su casa, pero no se han presentado cargos por ese supuesto.

Durante la audiencia de fianza el pasado viernes, el abogado Rubén Salazar negó las acusaciones y reiteró que los Duarte son una familia trabajadora sin antecedentes criminales. Luego de que un juez negó fianza a Francisco Duarte, la defensa interpuso una apelación y se espera una resolución para mediados de julio.

“Vamos a seguir luchando (por) el papá, es algo muy feo, muy triste, es una familia muy unida que le hace falta su papá”, señaló Mark Lane, asistente del abogado de los Duarte.

Benjamín Prado, activista del Comité de Amigos Americanos lamentó que se esté afectando a dos inmigrantes que a su juicio, no debieron haber sido detenidos.
“No hay nada que diga que hay un crimen, aquí lo que hay es simplemente una familia trabajadora que está siendo criminalizada”, comentó.

Francisco Jr., quien había quedado a cargo de sus hermanos menores dijo tener confianza en que pronto podrán estar los seis juntos.

“Las esperanzas nunca se pierden, vamos a salir adelante y todo va a estar bien”, declaró el joven.

Menos de una hora antes de que la señora Rosenda fuera liberada, el Cabildo de National City aprobó por unanimidad una resolución para adoptar la designación simbólica de “ciudad compasiva”.

Dicha resolución fue impulsada en gran parte tras darse a conocer el caso de la familia Duarte, que reside en dicha ciudad.

Mona Ríos, regidora de National City aplaudió el regreso a casa de Rosenda Pérez.

“Se que su familia ha esperado ansiosamente para volver a abrazarla y espero que la próxima vez que hablemos, su esposo también se encuentre libre”, comentó.

Ron Morrison, alcalde de National City, también mostró su satisfacción de saber que los hermanos Duarte podrán estar nuevamente con su madre. A su vez, Morrison dijo estar preocupado de que agentes federales estén deteniendo a indocumentados sin contar con una orden judicial.

“No puedes encarcelar personas si no tienes cargos”, denunció el alcalde. “Con una orden judicial deben demostrar a la corte que tienes una causa y eso a mi conocimiento, no pasó en este caso y eso debe ser atendido”.