El artista gráfico Manuel Oliver, que convirtió su arte en activismo contra las armas de fuego desde que su hijo murió en el tiroteo en Parkland, Florida, trajo su arte al muro fronterizo para pintar del lado de Tijuana un mural en protesta por lo que ha definido como desinterés del gobierno estadunidense por regular el uso de las armas.

“Vivimos una verdadera epidemia de violencia por el uso de las armas de fuego. Es una violencia armada de todos los días, mueren 100 personas cada día y de esas 100 vidas, 15 son de niños”, dijo el inmigrante venezolano momentos antes de iniciar su mural.

El mural que desarrolla en Tijuana es el más reciente de una serie de obras que comenzó a desarrollar con el mismo tema de la epidemia de muertes por armas, desde que su hijo, Joaquín, pereció en febrero pasado en el tiroteo de Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, en el que también murieron otras 16 personas.

Dijo que decidió emplear su arte como vehículo de protesta al comprobar que “no hay intención o voluntad del gobierno de Estados Unidos, del sistema, por frenar esa epidemia, pro corregir ese error”.

“La violencia con armas no solamente sucede en los colegios, sucede a diario y en todos lados, sucede muy probablemente ahora mientras me entrevistas, hay gente que está perdiendo la vida dentro en territorio estadunidense por un disparo que alguien le está disparando o porque esa misma persona se lo está disparando”, dijo.

Oliver escogió pintar el mural del lado de Tijuana porque, explicó, mucha gente quisiera cruzar la frontera en busca de seguridad, al huir de la violencia en sus países de origen, perro debe de comprender que “Del otro lado (del muro) también matan a nuestros hijos”, que es el título del mural.

Desde Tijuana, el artista declaró que es necesario “que la gente sepa que allá también suceden cosas, que la gente sepa que el sueño americano es complejo, es complicado, no son dos palabras que suenan bonito, es toda una aventura muy compleja y que en muchos casos fracasa, que es el caso nuestro” con la muerte de Joaquín.

Este en Tijuana con el retrato de Joaquín Oliver es el décimo sexto mural que pinta el artista. Inicialmente pensaba pintar 17 murales, uno por cada una de las víctimas fatales en Parkland, pero dijo que la epidemia de muertes por armas de fuego rebasa cualquier intento.

“Quizás es una campaña que voy a seguir por siempre, por ahora no lo sé. Solo sé que cada vez que hay un nuevo tiroteo y mueren inocentes, siento que debo protestar contra la falta de intención por controlarlos” y en contra también de los grandes intereses por la venta de armas, declaró.

Oliver pinta sobre el muro en un cañón rumbo a Playas de Tijuana gracias a la colaboración de muralista mexicano Enrique Chiu, el autor del Mural de la Hermandad, que también se plasma sobre el muro fronterizo y alcanza casi dos kilómetros.

Chiu consiguió los permisos para Oliver al lado mexicano, le ayudó a convocar a la prensa y eligió uno de los tramos donde todavía no han cambiado la vieja barda metálica fronteriza, de los años noventa, por la nueva barda de pilares de acero.

Aunque la obra de Enrique Chiu es inclusiva participativa y se refiere a variaciones del tema de hermandad y buena vecindad, esta vez el artista mexicano ayudó a su colega por el campo común del arte, entre ambos.

El mural de Oliver va a durar hasta que los equipos que sustituyen el muro a lo largo de los límites con Tijuana lleguen a ese punto, pero de acuerdo con Chiu, “aunque durara una semana, o un mes, el mural cumpliría su propósito de protesta” contra las muertes por tiroteos en Estados Unidos.