Un nuevo estudio inició para evaluar la capacidad y las condiciones del sistema de desvío existente que se utiliza para evitar los flujos transfronterizos del Río Tijuana desde la ciudad de Tijuana hacia Estados Unidos, así como para identificar las mejoras necesarias en infraestructura para reducir los impactos negativos a la calidad de agua del océano Pacífico.

La Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA) en coordinación con la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés), la Comisión Nacional del Agua de México (Conagua), el Banco de Desarrollo de América del Norte (BDAN) y la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (Cespt) tuvieron su primera reunión la semana pasada para introducir a la compañía consultora seleccionada para llevar a cabo el estudio, y compartir la información de los objetivos y alcances que se esperan con el estudio.

Con este estudio se espera proporcionar opciones técnicamente factibles para atender el mejoramiento o la ampliación de la infraestructura existente o la construcción de infraestructura complementaria en México o en Estados Unidos, así como para optimizar la operación de las estructuras existentes durante y después de una tormenta a fin de reducir la duración de los flujos transfronterizos de origen pluvial, entre otros.

El río Tijuana fluye de México hacia Estados Unidos y desemboca en el océano Pacífico por el estuario del Río Tijuana. Las aguas del río eventualmente se componen de aguas pluviales, de efluentes de plantas tratadoras localizadas en México, de agua residuales sin control y de otras cuyas fuentes se desconocen. Algunos de estos componentes del flujo pueden deteriorar la calidad del agua del rio y ocasionar el cierre de las playas del Suroeste del Condado de San Diego. Además de los contaminantes presentes en el agua, el río puede arrastrar residuos sólidos y azolves, los cuales pueden afectar la operación de infraestructura crucial.

En temporada de estiaje, los flujos del río son capturados por la infraestructura existente de la manera prevista. Sin embargo, bajo ciertas condiciones, tales como fallas en la infraestructura de desviación del río o en el sistema de alcantarillado sanitario de Tijuana, los flujos pueden cruzar a Estados Unidos. En temporada de lluvias, los flujos del río frecuentemente cruzan hacia Estados Unidos.

“El BDAN proporciona asistencia técnica con recursos no reembolsables por casi 240 mil dólares por medio de su programa de asistencia para el desarrollo de proyectos (PDAP) que opera con aportaciones de la EPA”, informó Alex Hinojosa, director general del BDAN. “Confiamos que este estudio proveerá las mejores alternativas para aumentar la capacidad en el desvío de flujos y, en última instancia, abordar este importante problema transfronterizo en beneficio de los residentes de ambos lados de la frontera en esta región”.

El BDAN ha trabajado de forma proactiva desde el 2016 con autoridades locales, estatales, y federales para ser parte de la solución para atender los derrames de aguas negras en el río Tijuana. En los últimos 25 años, esta institución ha participado en proyectos de agua y saneamiento con más de 138 millones de dólares para la región de Tijuana y Rosarito.

El BDAN es una institución financiera establecida y capitalizada en partes iguales por los gobiernos de México y Estados Unidos, con el propósito de financiar proyectos de infraestructura ambiental a lo largo de la frontera en común.