En la madrugada de este primero de enero, agentes de la patrulla fronteriza arrojaron por lo menos ocho granadas de gases lacrimógenos a familias y migrantes que intentaban cruzar a Imperial Beach, sin que se reportaran heridos.

Al menos seis de las granadas de gases fueron disparadas a territorio mexicano, aparentemente para disuadir a familias y migrantes centroamericanos cuando cruzaban a California.

En su versión oficial, la patrulla fronteriza informó que unos 150 migrantes trataron de cruzar la frontera a San Diego en dos grupos desde alrededor de la medianoche de año nuevo.

Los intentos se registraron al lado de Tijuana a la altura del Cañón de Los Laureles y por Terrazas en Playas.

Docenas de vehículos y patrulleros con equipo antimotines se desplegaron en esas zonas para tratar de impedir que los migrantes, entre ellos mujeres y niños, cruzaran la frontera a entregarse a oficiales federales para, al rendirse, cumplir con el primer requisito para solicitar asilo en Estados Unidos.

Cuando los grupos migrantes comenzaban a saltar la barda, los patrulleros dispararon primero dos granadas dentro de California; sin embargo, como los migrantes insistieran en cruzar, los patrulleros lanzaron otras seis granadas a Tijuana, dos de ellas cayeron casi sobre la bifurcación de la Carretera Internacional a Playas y a Rosarito.

El impasse duró cerca de cuatro horas. La patrulla arrestó a 25 migrantes que lograron ingresar a California a entregarse.

Esa agencia informó que otros 45 migrantes, que ya habían cruzado a Estados Unidos, consiguieron regresar a territorio mexicano, persuadidos por un incremento de agente y el hecho de que usaban granadas de gases.

En comunicado, la patrulla informó reiteradamente que migrantes arrojaron piedras a sus oficiales.

Reconoció que disparó las granadas de gases, pero indicó que “ningún agente presenció a ninguno de los migrantes, incluidos los niños, experimentaron los efectos de los agentes químicos” de las granadas de gases.

En breve comunicado de tres párrafos, la patrulla reiteró cuatro veces que arrojó los gases contra migrantes porque apedrearon a los agentes. No reportó a ningún oficial que haya sido alcanzado por piedras.

En contraste, dos fotógrafos testigos del evento informaron a manera de anonimato que algunos migrantes arrojaron piedras hacia los oficiales pero después de que los agentes lanzaron las granadas de gases.

Uno de ellos dijo que los migrantes habían arrojado piedras y las mismas granadas de gases de regreso a los patrulleros, cuando los agentes lanzaron los artefactos a familias como menores.

El pasado 25 de noviembre la patrulla lanzó por primera vez granadas de gases lacrimógenos a Tijuana contra migrantes de la caravana centroamericana que buscaban entregarse en territorio estadunidense para solicitar asilo.

Esta ocasión del primero de enero es la primera en que la patrulla argumenta que lanzó gases lacrimógenos hacia México porque los migrantes los habrían apedreado.