Durante su primera visita a San Diego como presidente de los Estados Unidos, realizada el martes 13 de marzo, Donald Trump desató múltiples protestas en la ciudad, muchas de las cuales enviaron el mensaje de que él no es bienvenido o una oposición a la construcción de un nuevo muro fronterizo entre México y los EE.UU.

A partir del lunes, varias organizaciones de derechos de los inmigrantes realizaron conferencias de prensa y protestas para compartir que no le daban la bienvenida al presidente a San Diego y rechazaban sus políticas.

Bajo los coloridos murales de Chicano Park, el representante de los Estados Unidos, Juan Vargas; la regidora, Georgette Gómez; el activista y beneficiario de DACA Ali Torabi y otros hablaron con reporteros el 12 de marzo para demostrar que la ciudad fronteriza no apoya la construcción de un muro.

Gómez, quien representa al Distrito 9 en San Diego, compartió que hay otros asuntos en los que el gobierno debería concentrarse en lugar de construir muros.

“En lugar de hablar sobre cómo construiremos un muro, deberíamos estar hablando de cómo ayudamos a nuestras comunidades”, dijo Gómez.

De bajo de los murales que cubren los pilares del Puente Coronado, Vargas, quien estuvo presente en múltiples protestas, dijo que Trump “no es bienvenido aquí”.

“Quiere gastar 25, 30 mil millones de dólares en un muro que llevará a absolutamente nada más que más muertes”, dijo Vargas.

Los oradores también consistieron de líderes de fe y líderes y miembros de organizaciones de derechos comunitarios y de inmigración.

Después de la conferencia de prensa, se realizó una protesta frente al edificio Edward J, Schwartz Federal en el centro de San Diego, donde asistieron alrededor de 250 personas.

Los manifestantes portaban carteles que leían, “Detengan la deportación, detengan la explotación”, “No odio en el estado de oro” y “Construyan puentes, no muros” mientras caminaban por las calles del centro de la ciudad.

Jonathan Flores, miembro de Unión del Barrio, organización política que organizó la protesta, dijo que creía que la protesta tuvo una buena participación y que tuvo una buena representación de diferentes personas que asistieron tanto a jóvenes como a personas mayores de edad.

Dijo que sí Trump pudiera tener tomar un mensaje de la protesta del día sería que el presidente “es una persona non grata y vamos a seguir luchando”.

El martes, varias protestas a favor y en contra de la visita de Trump a San Diego y la construcción de un muro fronterizo se reunieron en Otay Mesa, mientras que el presidente vio los prototipos del muro fronterizo.

Y debido a que esas protestas se llevaron a cabo más cerca de la frontera, The Seed Project, una organización que lucha por los intereses de los jóvenes indocumentados, realizó una protesta en el Waterfront Park del centro de San Diego el martes a las 5 p.m. para permitir que la comunidad indocumentada de San Diego expresara sus opiniones en un lugar más seguro.

La abogada local y beneficiaria de DACA, Dulce García, compartió que la discusión de un muro va con la discusión de las personas que han perdido la vida tratando de cruzar la frontera, como su tío.

“Todo lo que lograremos con este estúpido muro si se construye, si no lo detenemos, va a ser más muertes, no va a detener las drogas, no va a detener el tráfico de personas”, dijo García. “Todo lo que va a hacer es que el tío de otra persona también muera cruzando la frontera”.

García dijo que en lugar de avanzar, el gobierno está dando pasos atrás.

Los manifestantes marcharon desde el Waterfront Park hasta el edificio Edward J, Schwartz Federal y unas 150 personas se dieron cita en el destino de esta marcha.