Selena: su vida después de la muerte
LA COLUMNA VERTEBRAL
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Por Cristina Castrellón
Queridos lectores, con motivo este mes del aniversario décimoquinto de la muerte de la reina del Tex-Mex, Selena Quintanilla, queremos com-partir aquí un extracto de Selena: su vida después de la muerte, escrito por quien durante tres años, trabajó de cerca con esta figura icónica de la cultura latina. Selena murió el 31 de marzo del 1995, pero la influencia de esta estrella de 23 años continúa teniendo un efecto importante y transcendente en la comunidad Latina en estados Unidos, así como en el cine, la música, y las letras.
Sólo hasta que la tuve frente a mí pude empezar a entender que era verdad. Lucía tan apacible, tan serena, tan ajena a todo lo que sucedía a su alrededor. Por un instante, no existió nada más y sólo me dediqué a mirarla detenidamente. Sabía que era la última vez que la vería y quería grabar su imagen en mi memoria, aunque en ese momento mi corazón desfallecía de dolor.
Lloré como nunca lo había hecho; jamás imaginé que mi naturaleza humana pudiera permitir tanto dolor.
En medio de ese sufrimiento agradecí a Dios por haberme dado la oportunidad de conocer a una persona tan especial y compartir tantos momentos con ella, probablemente uno de los ángeles enviados por Él para hacernos menos difícil la vida y más fácil el recorrido por el camino que nos lleva a comprender que las palabras amor y bondad no son mitos.
Por momentos, la mente trata de entender al corazón. Parece increíble cómo todo lo que hasta ese momento conoces de ti se vuelve tan vulnerable cada vez que los recuerdos aparecen una y otra vez.
Los días pasan y sigues tratando de entender por qué ese dolor no desaparece cuando se supone que el tiempo todo lo cura… Al parecer, en este caso la regla no aplica.
Un día, al sentirme más tranquila, me pregunté por qué me pasaba eso a mí, qué me había llevado hasta ahí. Si no la hubiese conocido, yo no estaría sintiendo ese dolor tan profundo que brotaba de manera inesperada. De inmediato, deseché ese pensamiento. ¿Cómo me atrevía a pensar eso? Valía la pena tanto dolor sólo por la dicha de haberla conocido durante casi tres años. Creo que hasta ese momento comprendí lo afortunada que era, y lo afortunada que sigo siendo.
Cristina Castrellón es la autora de Selena: su vida después de la muerte. (Punto de lectura/ Santillana 2010)