Sueño con Yale y Harvard
Cuando un niño o un adolecente sueña con una carrera profesional a menudo piensa con tres o cuatro universidades.
En la primera página de esa lista no puede faltar la Universidad de Harvard, ni tampoco la Universidad de Yale. Otras de las universidades que son muy frecuentes en los sueños estudiantiles son la Universidad de Stanford y la Universidad de California Berkeley.
Esta semana tuve la oportunidad de visitar a las universidades de Yale y Harvard. La primera está ubicada en el estado de Connecticut, en una bella ciudad llamada New Haven.
La segunda está en el estado de Massachusetts, en la ciudad de Cambridge, a unas cinco millas del centro de la ciudad de Boston.
La Universidad de Yale es un regalo navideño para todas las personas que buscan enriquecer su conocimiento. La estructura de sus edificios está hecha de piedra. Parece como si Harry Potter, personaje principal de la novela de ficción que lleva el mismo nombre, hubiese creado un paraíso terrenal para realizar uno de sus aventuras hollywoodenses.
Lo que enriquece a la universidad de Yale, más allá de la belleza singular de su arquitectura, es su capacidad de responder a los retos académicos de nuestra época.
Es una de las tres universidades más antiguas del país. Desde su inicio, Yale ha creado miles de progenitores en la ciencia, las artes, medicina, economía, etc.
El ex presidente Bill Clinton y su esposa Hillary fueron parte del plantel de posgrado en la facultad de derecho. Sonia Sotomayor, primera juez latina en la Corte Suprema de Justicia, fue también estu-diante de leyes.
Aquellos que sueñan con pisar este reciento universitario, no tienen por qué sentirse mal. Los dos son grandes prodigios académicos de nuestra época.
Sin embargo, de todas las universidades, la universidad que se lleva la flor es la Universidad de Harvard. Es, con respeto a todas las demás, la universidad más soñada por niños y adolecentes.
Mientras caminaba por Yale, un guía –aquella persona que informa de los pormenores a los nuevos estudiantes aceptados— se jactaba que la facultad de derecho de Yale es la mejor los Estados Unidos.
Cuando fui a Harvard uno de los estudiantes comentaba que la facultad de derecho era la mejor del país.
Al igual de Yale, la estructura arquitectónica de Harvard es incomparable. No conozco la universidad de Oxford o Cambridge in Inglaterra, tampoco visité alguna universidad en España, pero supongo que la arquitectura de sus recintos son iguales o más espectaculares.
Empero, los niños y adolecentes —ya sean europeos, latinos, asiáticos, etc.— sueñan con pisar estos dos prodigios universitarios.
Esta semana cumplí con uno de mis sueños de adolecente. Mi hija ahora sueña con ser parte del plantel de una de estas dos universidades.