El regreso a Estados Unidos de Marco Antonio Chávez, veterano de guerra deportado a México, trajo consigo una mezcla de sentimientos para otros ex integrantes de las fuerzas armadas estadounidenses quienes han vivido una deportación.

Mientras tanto en México, aproximadamente 70 veteranos deportados se encuentran pacientes a la espera de la resolución de sus casos, pacientes ante la oportunidad de regresar a la Unión Americana.

Para el grupo Veteranos Deportados en la ciudad de Tijuana, la partida de Marco dejó esperanza más que nostalgia.

Miembros de esta asociación aseguran que esperan el dia en que puedan regresar a todos y cada uno de los ex combatientes que prestaron sus servicios a los Estados Unidos pero aun asi fueron expulsados del país.

“Hemos trabajado en esto por años y seguiremos trabajando hasta traer a cada uno de los veteranos que han sido deportados a casa”, dijo Norma Chávez, directora ejecutiva de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU por sus siglas en inglés).

“Continuaremos trabajando con familias a través del país, para que presionen al congreso y a este presidente a hacer lo correcto,” agregó la directora.

Mientras Chávez caminaba por los límites de Tijuana hacia el puerto de entrada de San Ysidro, sus compañeros veteranos lo vieron partir con esperanza y asombro.
Mientras cruzaba Chávez la frontera, se escuchaba a alguien exclamar “lo logró, esta del otro lado”.

Los pasos nerviosos pero deicidios de Chávez, marcaron un momento histórico para los más de 200 veteranos deportados que, de acuerdo a la ACLU, se encuentran en el mundo.

Aunque Chávez fue el primer veterano de guerra en ser deportado de forma oficial y regresar con beneficios que permiten su estadía legal en la Unión Americana, muchos ex militares aún esperan el perdón que el Gobernador de California Jerry Brown entregó a los también veteranos Héctor Barajas y Erasmo Apodaca, genere el mismo destino hacia ellos y mejores leyes para la protección de futuros miembros de las fuerzas armadas quienes los cuales son dados de baja con honores y tienen una procedencia diferente a Estados Unidos.

“Hay varias propuestas sobre todo para cambios al sistema en las fuerzas armadas, para que las personas una vez que se enlisten accedan de manera clara a lo que es la ciudadanía y así evitar la deportación de veteranos, por el momento esto solo ha sido introducido a la legislación, no ha habido votación al respecto”, informó Esmeralda Flores, enlace binacional de ACLU en San Diego.

Hoy parte importante de las recomendaciones que se hacen a quien nació fuera de Estados Unidos y busca ingresar al ejército en la Unión Americana es realizar el trámite de manera física para la ciudadanía estadounidense.

Comúnmente quien ingresa a las fuerzas armadas tiende a pensar que es ciudadano de manera automática por el juramento que realizan, sin embargo, aunque califiquen prácticamente de forma inmediata es necesario realizar el procedimiento de ciudadanía en persona.