CBP Invade Privacidad en Cruces Fronterizos
La lucha contra el terrorismo en Estados Unidos ha incrementado los protocolos de seguridad en los puertos de entrada al país, lo cual ha generado la inconformidad de cientos de usuarios que constantemente cruzan por los puertos de entrada.
El avance de la tecnología refleja una evolución en las normas de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés). Esta evolución no solo trae consigo la revisión por parte de agentes a computadoras de viajeros, sino también aparatos electrónicos como teléfonos celulares, discos, reproductores multimedia, cámaras y cualquier dispositivo electrónico que estos consideren de interés.
Aseguran asociaciones a favor de la comunidad migrante, como Amigos Americanos en San Diego, que los teléfonos celulares cuentan con tantas aplicaciones que los hacen prácticamente una computadora, por lo que los ciudadanos deben someterse por ley a estas medidas de seguridad.
Ante esta medida, el descontento de los usuarios es constante. Miles de personas, quienes deben hacer largas filas, ahora también deben entregar sus dispositivos electrónicos personales, aparatos que cuentan con miles de caracteres e imágenes considerados por cada persona como información valiosa y privada.
“Es una invasión a la privacidad, no debería de ser así, pero desafortunadamente la gente no tiene los medios para evitar estas cosas. Son situaciones forzadas y uno no puede hacer nada”, señaló Horacio Escorza, residente de la región, mientras manejaba al condado de San Diego por la garita vehicular de San Ysidro. “Quisiera hablar con los agentes, con los políticos, mandar cartas o algo, pero esto a veces cae en oídos sordos”.
Otra de las preocupaciones es una mayor demora en el tiempo de espera en las garitas.
El Comité de Amigos Americanos ha recibido quejas ante esta situación. La organización asegura que un ciudadano que cruzaba de forma constante la frontera de México con Estados Unidos se encontró con uno agente de CBP en la garita peatonal, quien le solicitó acceso a su teléfono celular.
“Al momento de llegar a la garita, el agente le pide su celular a este ciudadano. El agente revisa el móvil, algo extraño para el viajero”, relato Pedro Ríos, Director del Comité de Amigos Americanos en San Diego. “No lo mandaron a segunda inspección, ya que para que eso le suceda a una persona, tiene que haber algo inusual o sospechoso y debe revisarse más a fondo. En este caso, únicamente pidieron el celular y se entregó, pero sí se le hizo extraño a este sujeto”.
INSPECCIÓN DE APARATOS ELECTRÓNICOS
la CBP aclaró no infringir la cuarta enmienda en la Unión Americana en función de estas disposiciones, pues la zona especial determinada como internacional permite a los agentes revisar aparatos electrónicos como parte de sus estrategias rutinarias, métodos que ya cuentan con protocolos específicos para el decomiso del aparato en cuestión.
“Usted puede estar sujeto a una inspección por una variedad de razones, que incluyen: tener documentos de viaje incompletos o no tener los documentos visados apropiados, violaciones a las leyes de CBP, tener un nombre que coincida con una persona de interés, o simplemente ser seleccionado para una búsqueda al azar”, informó la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza en su apartado para la revisión de aparatos electrónicos.
Al ser decomisado el dispositivo o celular por los agentes, ellos entregan a la persona un Formulario 6051-D, que incluye un recibo por escrito, y solicitan un número telefónico para comunicarse con la persona en cuestión y regresar en teoría el aparato.
Si las autoridades determinan que el dispositivo es sujeto para ser confiscado al mantener evidencia de un crimen, contrabando de artículos prohibidos o información valiosa, se notifica a la persona y se determinan multas y sanciones a la persona.
Ante las quejas y molestias que aseguró la agencia conoce debido a los tiempos de espera, aseguraron vigilar de cerca la entrada de extranjeros al país, la posible entrada de terroristas, armas, sustancias controladas, y una amplia variedad de artículos prohibidos y restringidos, que ahora también buscan identificar gracias a aparatos electrónicos que portan los viajeros en su destino a la Unión Americana.