Después del sismo, la temperatura…
“Se veía que se estaba venciendo el cerro; ayer llegó protección civil para desalojarnos de nuestras casas porque estaban a punto de caerse. Hoy, a las 5:00 am mi casa se hundió totalmente” narró Juan Sandoval de 54 años de edad, uno de los afectados cuya casa, ubicada en el fraccionamiento Monterrey en Tijuana se derrumbó en la madrugada del lunes.
Según Sandoval, llevaban por lo menos 15 días con avisos y movimientos de tierra.
Rosa Pedraza, otra vecina del lugar, también tuvo que ser desalojada y por la mayor parte del lunes permaneció cerca del derrumbe para monitorear su vivienda, que comparte con su esposo y 3 hijos de 9, 7 y 3 años.
“El desplazamiento empezó allá en la casa de Don Roberto que se hundió 10 centímetros y afectó el área verde de arriba de mi casa” dijo Pedraza, “habían dicho que mi vivienda podría irse colapsando en los próximos seis meses pero no… en 12 horas la casa se está colapsando ya, se esta partiendo de las paredes…”
Las ocho viviendas totalmente destruídas, quedaron a la orilla de una zanja de al menos 100 metros de longitud y 6 metros de profundidad que podría agrandarse en los próximos días afectando a las viviendas cercanas, por lo que la zona está totalmente resguardada.
Esto, a un mes de uno de los temblores más fuertes que se han sentido en la región fronteriza en la última década, un temblor inicial de 7.2 grados en la escala de Richter ocurrido el domingo de Pascua (4 de abril) seguido por más de 7 mil réplicas en las siguientes semanas.
El sismo, —que será estudiado en próxima reunión de la Sociedad Geológica Americana a finales de mayo—, fue rápidamente opacado en los medios; en México, por el caso de la desaparición y muerte de una niña capitalina llamada Paulette y en Estados Unidos, por la creciente tensión antimigrante y el cambio de ley en Arizona.
Pero el temblor era digno de mucha más atención no solo mediática sino social y gubernamental en ambos lados de la frontera, ya que sus consecuencias negativas podrán sentirse en la región por la próxima década.
Tan solo en Baja California, el coordinador General de Gabinete de Gobierno del Estado, Víctor Adán López Camacho ha declarado que las perdidas por el sismo ascienden a 450 millones de dólares, es decir, al 1.66 % del Producto Interno de Baja California.
En carreteras, 55 kilómetros son considerados con daños mayores, 19 kilómetros de reparaciones parciales, así como 3 puentes con un costo de 264 millones 779 mil pesos. Es prioritario reparar 2,800 viviendas y142 escuelas, 7 centros culturales y 13 instituciones deportivas, el Hospital General y 17 unidades medicas.
En Calexico, los números son similares, ya que el Asistente Administrativo de Calexico, Armando Villa, estimo esta semana que las perdidas hacienden a 91.3 millones de dólares, incluyendo los daños al sistema de drenaje, 800 casas inhabitables y costos de la seguridad adicional por miedo a saqueos.
Además están en riesgo de perderse cultivos con un valor costoproducción de 200 millones de pesos en el valle de San Luis Río Colorado, Sonora, por los daños a la infraestructura hidráulica.
Según el Eonomista Alejandro Diaz Bautista, del Colegio de la Frontera Norte, el análisis económico y del sector laboral para Baja California nos indica que la tasa de desocupación total trimestral en Baja California fue de 6.69% durante el cuarto trimestre de 2009 y en California la cifra de desempleo subió de 12.5 a 12.6 en marzo del 2010.
“Los desempleados del vecino país y del vecino estado de California y los connacionales de otros estados, están ejerciendo una presión muy fuerte en el mercado laboral en el estado de Baja California” destaca el economista “según las cifras del gobierno del estado, los desempleados migrantes mexicanos del vecino país, en especial de California y los connacionales que llegan a Baja California de otros estados del sur, en busca de mejores oportunidades de vida, contribuyen en un 4.6% en el desempleo del estado y esto se agudiza ante la situación creada tras el sismo”.
El Verano que viene
La zona del valle de Mexicali-Calexico, es conocida por tener un clima inhóspito, desértico, con heladas en invierno y temperaturas en verano que superan los 113 grados Farenheit, lo que complica aún más la situación de los más de cinco mil damnificados y desplazados que dejó el sismo en zonas urbanas y rurales de Mexicali.
Mientras las autoridades del estado están aun realizando encuestas y evaluaciones de los daños ya comenzaron los brotes de diarrea, enfermedades en la piel, erupciones y piquetes de animales ponzoñosos que viven en el desierto, como alacranes, víboras y mosquitos.
Los vendedores de casas pre-fabricadas ubicadas en Tijuana y Rosarito están vendiendo muchos de sus productos para aquellos mexicalenses que pueden pagar los precios de esas casas que van de 5 a 15 mil dólares en promedio.
“Hemos tenido muchos pedidos de gente en Mexicali que sus casas han sido declaradas con daños o simplemente ya no quieren dormir en lugares de concreto” explica Roberto Hernandez, vendedor de uno de estos negocios en la carretera Rosarito, “pero estas casas son para climas benignos, muchas no tienen ‘cooler’ y si tuvieran, dónde lo conectan si no tienen electricidad en muchas partes?”