Muchos quedaron inconformes con los resultados electorales. A algunos les hubiese gustado que Meg Whitman ganara las elecciones para gobernador de California. A mí, en lo particular, me interesaba más el resultado del Distrito 68 de la Asamblea de California. Quería que ganara el demócrata Phu Nguyen.

   Lamentablemente mi “gallo” y el candidato preferido de muchas persona perdieron. Tengo un sabor agridulce en la garganta, pero no estoy decepcionado.

   No se ganó, pero siempre existe la oportunidad de ganar en el futuro porque tenemos la mejor manera de elegir a nuestros líderes.

   Vivimos en una democracia y tenemos un sistema de partidos políticos. Hay dos partidos dominantes, el Partido Republicano y el Demócrata. Los dos participan en las elecciones a través de un candidato. Dicha persona no es elegida por una comitiva o los líderes del partido político, sino por los seguidores y simpatizantes.

   Por otra parte, tenemos, como en cualquier otro sistema político, muchos partidos que también participan en las elecciones. Nada más que los candidatos de esos partidos no tienen el respaldo de la mayoría de la gente por diversas razones. Aparte que nuestro sistema tiene barreras sistémicas que no permiten que el ganador pertenezca a un partido que no sea del partido Demócrata o Republicano.

   Aunque hay excepciones. Algunos candidatos del Partido Verde o candidatos independientes han tenido la fortuna de ser parte del congreso a nivel federal o estatal.

   Yo creo que debemos agradecer a los fundadores de la nación por instaurar una cultura política justa.

   No me gustó que Allan Mansoor, el alcalde anti-latino, se haya elegido como asambleísta del Distrito 68 de California.

   De todos modos, así es nuestro sistema político. Hay veces se gana y otras veces se pierde. 

   Lo mismo sucede con las elecciones para gobernador. Mucha gente estaba cansada con los políticos de siempre. Querían sangre nueva –como Meg Whitman— que ganara las elecciones para que pudiera reestablecer los problemas económicos que tenemos en el gobierno. Tal vez ella hubiera podido resolver esos problemas una vez estando en el gobierno.

   Empero. La realidad lo pinta de otra forma. Ganó Jerry Brown. De todos modos los que hemos votado debemos sentirnos orgullosos por hacer perdurar la democracia. Los que no votaron tienen otras oportunidades a futuro.

   Primero tienen que registrarse en algún partido político o registrarse en forma independiente. Luego tienen que educarse acerca de los diversos candidatos y propuestas que se presentan en cada elección. Es un trabajo arduo, pero como residentes y como ciudadanos de este país tenemos que buscar el tiempo para informarnos.

   Al final, cuando todas las opciones son digeridas, elijan al candidato y a las propuestas políticas que consideren que es mejor para el país, para la comunidad o para uno mismo.

   Al final el espíritu de la democracia está conforme con los resultados. Esperemos que los nuevos líderes que han sido elegidos y aquellos que volvieron a ser reelegidos demuestren la voluntad de sacar al país y a la comunidad de esta crisis económica.

   Mientras ellos trabajan y tengan voluntad de compromiso, yo creo que todo va ir bien. ¡Viva la democracia!