Aníbal aprovecha cada vez que su vecina cruza la frontera para pedirle que le traiga medicinas que se venden en México sin receta y que no están prohibidas al regresar al condado de San Diego.

“Casi nunca me enfermo; por allá muy de vez en cuando me da un catarro, o un dolor de estómago por comer a la carrera; lo peor que he tenido que aguantar es dolor de muela”, dijo el trabajador de construcción originario de Oaxaca.

En una caja de plástico con tapa hermética guarda sus medicamentos, una venda, crema para dolor muscular y para cortadas, agua oxigenada. En una bolsa de plástico guarda dentro de la caja diferentes tés para curarse naturalmente cualquier molestia.

“Lo que sí me preocupa es que un día llegue a necesitar que un médico me tenga que coser, o que me operen, porque ni tengo (dinero) para andar comprando antibióticos ni cosas así”, explicó.

Dice que hace unos meses al cargar un mueble, se golpeó contra el marco de una puerta y el pulgar derecho se le hinchó y se le puso morado oscuro. Fue a una clínica, le perforaron con una aguja caliente y le recetaron antibióticos y analgésicos que nunca compró porque el dinero no le alcanzó.

“Me curé nada más con alcohol y me vendé, haz de cuenta que me entablillé, para no faltar a trabajar”. Cuando él falla al trabajo, tampoco su jefe puede acudir.

Aníbal es uno de 138,000 indocumentados en California mayores de 19 años que podrían beneficiarse con la decisión del gobernador Gavin Newsom de ser pronto el primer estado que ofrezca servicios de salud para todos sus residentes, incluidos los que viven aquí de manera indocumentada.

El estado ya ofrece servicios a los indocumentados menores de 19 años sin tocar fondos federales que prohíben servicios a quienes se encuentran en situación migratoria irregular en el país.

Ahora el gobernador, en cumplimiento en una de sus promesas de campaña, decidió ampliar la cobertura de migrantes hasta los 26 años y que nadie, documentado o indocumentado carezca de servicios de salud accesibles.

Newsom ordenó que los distintos programas de salud del estado de California presenten una oferta unificada a las aseguradoras para que proporcionen servicios a mejor costo a los residentes, un proyecto parecido a la reforma de salud del presidente Barack Obama, que se conoce como Obamacare.

El gobernador dice que, con más de 29 millones de residentes, el estado representa un mercado que las aseguradoras querrán conseguir mediante ofertas de precios de cobertura a comunidades enteras.

Mientras que, por otro lado, “usaremos nuestro poder adquisitivo y nuestro poder moral para exigir precios más justos para los medicamentos que requieren receta”, dijo el gobernador.

Desde ahora programas que han operado por separado, como los servicios de salud para personas de bajos ingresos, el programa de atención a la salud para adultos mayores, o el que garantiza atención médica para madres y bebés, comienzan a relacionarse entre sí para ofrecer el mercado unificado a las aseguradoras.

En respuesta a por qué incluye en salud a los indocumentados, el gobernador Newsom dijo que así tendrá salud la fuerza laboral de California, y una comunidad que aporta a la economía estatal.

Por lo menos uno de cada diez trabajadores en el estado es indocumentado, y en California vive al menos uno de cada cuatro beneficiarios de DACA en el país.

Hay otros estados que ya ofrecen cobertura médica a todos sus residentes, pero California se perfila para ser el primero que cubra literalmente a todos, incluidos los indocumentados.

Mediante el plan del gobernador Newsom, tendrán subsidio los individuos que ganen menos de 72,000 dólares al año, o las familias de hasta cuatro miembros que ganen menos de 150,000 dólares anuales. También impondrá multas a quienes fallen en inscribirse a los programas de salud.