‘Leit Motive’
No sorprende que al iniciar el año los candidatos a ocupar cargos públicos, a través del proceso electoral de 2018, recurran al mensaje tradicional de desear felicidades a la ciudadanía y así tratar de caracterizarse como la mejor opción de la canasta política.
Si sorprende que no hayan aprendido que lo que esperamos es que ofrezcan programas y proyectos que estén alineados a las necesidades de las familias y las comunidades, mucho de ellos ancestrales como la pobreza endémica, la malograda infraestructura cada vez más deteriorada, la enseñanza de calidad, las oportunidades de empleo por decir lo menos; temas que solo abordan marginalmente y con las mismas promesas de sus antecesores materia de eternos incumplimientos.
Dos son los aspectos que serán vertebrales para el electorado: la inseguridad y la corrupción. Éste último adquiere relevancia cuando un gobernador denuncia lo sabido; que los recursos públicos se desvían hacía campañas políticas, y las más de las veces a los bolsillos de truhanes que merman los presupuestos sociales. Las respuestas oficiales son elusivas, no les genera preocupación, a lo más se recurre al intrincado mecanismo judicial para obtener protección y con ello impunidad.
El presidente se sube al ring acompañado de sus más cercanos colaboradores para repeler la acusación sin aportar más elementos que su palabra, la que resulta contraproducente y confirma que están involucrados los más nefastos intereses y que el pacto de silencio es el mejor aliado. El acusado aprovecha el tejido de impunidad y no saca la cara para enfrentar los cargos, a lo que se había comprometido públicamente, y se esconde cómodamente fuera de las fronteras en espera de que la tempestad amaine.
En el terreno de la inseguridad, los medios de comunicación consignan los hechos violentos del día: robos, secuestros, asesinatos, fraudes. Los expertos se declaran incompetentes para recomendar cursos de acción y la última medida del gobierno no rinde fruto alguno. En el extremo, la ineficiencia de los órganos de investigación criminal hace presencia y se descubre que el acusado es inocente porque no se encontraba presente en el lugar de los hechos; mayor ineptitud imposible.
La fase (o farsa) de las precampañas está por concluir; todo hace ver que serán cinco los aspirantes a la presidencia; tres como resultado de alianzas que no tienen sustento ideológico y que en ese sentido son híbridas, y dos se presumen independientes pero están ligados a intereses políticos claramente identificables.
La mesa política es muy pobre, o como diría el clásico la “caballada muy flaca”, por lo que es momento de que la ciudadanía exija mayor calidad electoral absteniéndose de participar en campañas mediáticas y consumir frases ocurrentes, convirtiéndose en celosa guardián de su derecho a votar por la fórmula que le garantice que sus expectativas esta vez si serán cumplidas. En buena hora.