‘Ser o No Ser’
Una sabia conseja es recurrir a autores clásicos cuando es complicado encontrar respuestas a problemas personales, familiares o comunitarios. Animado por esa inteligente herencia paterna me surgió la conveniencia de recuperar algunas reflexiones de William Shakespeare en su obra Hamlet, a propósito de las complejas decisiones que se deben tomar en diferentes instantes de la existencia.
Para un Presidente, el momento más angustiante y delicado del ejercicio de su responsabilidad es, cuando en lo más profundo de su soledad, debe resolver quién será su sucesor; es mucho lo que se juega: su integridad, la de los familiares, sus aliados, intereses confesables e inconfesables y también, por añadidura, la suerte del país. Es probable que en ese mismo orden repase las opciones hasta desprender el último pétalo de la flor y anunciar su relevo a pesar de los deseos de permanencia eterna.
Desde luego hay quienes se engañan creyendo en la inmortalidad, pero pronto descubren la triste y amarga realidad de que, aún quiénes prometen las mayores e incondicionales lealtades, tarde o temprano los conducirán al cadalso si mal les va, o al olvido cómo considerada alternativa ¡Muerto el Rey, viva el Rey!
En estos días, el primer mandatario debe estar viviendo una pesadilla dormido o en vigilia. Minuto tras minuto repasa diferentes escenarios del perfil de quién deberá asumir, en principio, la candidatura de su partido, decisión de que recientemente se asumió como última instancia de la más pura liturgia priísta, para luego impulsar la aplanadora que pavimentaría un eventual triunfo que hoy no está en nada asegurado.
Para colmo, no es la única responsabilidad que lo apesadumbra, tendrá también proponer quién será el encargado de la política monetaria; las vacantes existentes en el deteriorado sistema de impartición de justicia que con tanto ahínco a desmantelado; el responsable de la Auditoría Superior de la Federación que más tarde lo puede encausar y, por si fuera poco, más de tres mil de puestos de elección popular que se disputarán en el 2018 (gobernadores, senadores, diputados, presidentes municipales). Vaya jornadas.
A manera de ejercicio especulativo podemos elaborar sobre las posibilidades de los que se barajan como “tapados, y dado que afortunadamente no estamos en los zapatos presidenciales, pero sí en el terreno de las consecuencias, advertimos que una elección y operación equivocada puede traducirse en graves consecuencias para el país,”.
Sorprende que la mayoría de los analistas políticos consideran haber descubierto señales crípticas a favor de la figura del actual Secretario de Hacienda, un funcionario que en pocos años de trayectoria ha ocupado, por breves lapsos, las más importantes carteras gubernamentales, la de Hacienda que ha asumido en diferentes momentos, la de Desarrollo Social que opera programas y subsidios políticos y la de Relaciones Exteriores encargada de los vínculos internacionales; no hay otro currículum con más meritocracia. Además presume una relación fraterna con el más influyente operador del presidente hoy auto descartado así como la simpatía y disciplina de influyentes grupos económicos.
Pesa en su contra un asumido apartidismo, pecado político que un “no” priísta fuera abanderado del hermético partido, además se observa complicado llenar el espacio que ahora desempeña de cara a los riesgos de un descarrilamiento de la economía considerando el estado de deterioro de las finanzas públicas, las complejas negociaciones comerciales y los elevados índices de inseguridad e impunidad, por decir los menos. Los dados están echados; “to be or not to be”.