El muro fronterizo no cumple con su propósito de disuadir el cruce irregular y en su lugar, ha provocado la muerte de inmigrantes y generado serias afectaciones al medio ambiente, señaló una coalición de organizaciones civiles en un reporte publicado por la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).

Con el informe “Muerte, Daños y Fracaso: Pasado, Presente, y los Impactos Futuro de los Muros en la Frontera entre Estados Unidos y México”, difundido esta semana, activistas defensores de los derechos humanos pretenden hacer campaña para que el Congreso de los Estados Unidos frene la inversión hacia este proyecto.

“Los residentes de la frontera han sufrido las consecuencias de la construcción de un muro destructivo, divisivo e ineficiente”, señaló Astrid Domínguez, directora del Centro de Derechos de Inmigrantes de la ACLU.

“Los hechos en este reporte hablan por sí mismos: los muros no funcionan, no logran seguridad fronteriza, son costosos, y han cobrado la vida de muchos inmigrantes”, agregó la activista, quien hizo un llamado a legisladores para no destinar más dinero a la que fuera la principal promesa de campaña del presidente Donald Trump.

El informe advierte sobre las consecuencias de construir un nuevo muro entre Estados Unidos y México tomando como referencia el ya edificado a lo largo de 654 millas a lo largo de la franja fronteriza.

Para ello, se enfoca en lo acontecido a raíz de la aprobación de una ley federal en 2005 (REAL ID Act), que dio la facultad al Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de ignorar ciertas regulaciones para agilizar la construcción de muros.

En el reporte se critica que el gobierno federal adjudicara a la alta incidencia de cruces irregulares en la frontera de San Diego y El Centro para adoptar dicha ley que le permitió dejar de lado algunas normas ambientales pese a que los flujos migratorios se encuentran en los niveles más bajos en comparación con décadas atrás.

Randy Serraglio, activista con el Centro para la Biodiversidad Biológica, dice que la propuesta de otra barrera es “un desastre ambiental”, y que no debe sorprender dado que dicho aspecto no fue considerado por la administración federal.

Pero también, los muros pueden desatar una crisis humanitaria dado que obliga a inmigrantes a intentar cruzar la frontera por zonas más peligrosas, advierte el reporte.

“Pese a que el número de arrestos a disminuido en los últimos años, la probabilidad de que un inmigrante muera en su travesía hacia el norte ha incrementado”, señala el informe. “Al desviar los cruces fronterizos a un terreno hostil, los muros fronterizos matan indirectamente a las personas y el poner más muros haría este viaje aún más mortal”.

La ACLU lamentó que el Congreso no haya realizado una “examen transparente” sobre la eficiencia de un muro fronterizo como estrategia de seguridad y en su lugar, se haya destinado presupuesto para reforzar la actual barda con México y se tengan contemplados aún más proyectos de este tipo.

Por ello, es que se busca que los resultados de esta investigación lleguen hasta los pasillos de quienes toman la decisiones en la capital del país.

Mientras tanto, el presidente se mantiene firme en su propuesta ya que considera que esta medida será efectiva para prevenir el contrabando de personas y narcóticos. El año pasado, concluyó la construcción en Otay Mesa de ocho prototipos de lo que podría ser su prometido muro, que se estima, costaría alrededor de 21 mil millones de dólares.