Una asociación de latinos musulmanes, en su mayoría de San Diego, llevó el fin de semana donativos de alimentos y ropa abrigada a un refugio para migrantes con decenas de madres migrantes y sus hijos.

“Creemos en un Dios que nos ordena ayudar al necesitado”, dijo Sonia García, fundadora de la Fundación de Latinos Musulmanes.

El grupo entregó ayuda a madres principalmente hondureñas y salvadoreñas, así como a algunas mexicanas que esperan turno para pasar a entrevista de asilo a la garita peatonal de San Ysidro.

Los musulmanes llevaron docenas de juguetes para los menores de edad.

Aparte, un joven musulmán tijuanense preparó cientos de burritos que repartió entre varios refugios de las inmediaciones de la zona norte de Tijuana.

José María García Lara, el director del refugio Movimiento Juventud 2000, donde los musulmanes entregaron la mayoría de sus donativos, platicó que el albergue ayuda en promedio hasta 180 personas, en su mayoría madres migrantes y sus niños.

Aparte, cuando la caravana migrante llegó a Tijuana con miles de personas, los centroamericanos ocuparon la capacidad de todos los albergues. En esos días ya había dos mil 800 personas en los refugios en espera para pasar a solicitar asilo a California.

“Cuando los refugios estaban llenos, muchos mexicanos que eran deportados y otros que querían llegar a Tijuana para luego solicitar asilo o intentar cruzar la frontera no tenían a dónde ir”, dijo García Lara.

Su organización, Ángeles Sin Fronteras y Alianza Migrante limpiaron y acondicionaron un parque cercano donde establecieron un asentamiento con tiendas de campaña para alojar a los mexicanos que de otra manera quedarían en situación de calle.

García, de Latinos Musulmanes, dijo que la próxima entrega de donativos será para las personas en ese parque, quienes aun con ayuda tienen que enfrentar fríos y lluvia. Aunque tienen manera de cocinar colectivamente, la lluvia les impide.

La organización musulmana planea apoyar refugios de migrantes en Tijuana y eventualmente abrir un pequeño albergue para madres migrantes con niños, según explicó Sonia García.

El grupo busca un local de fácil acceso, pero en un vecindario donde las familias migrantes necesiten ayuda.

Mientras tanto, la fundación se coordina con comunidades musulmanas de San Diego y otras ciudades del sur de California para recaudar fondos.

Una de sus opciones es cruzar la frontera y comprar en comercios de Tijuana, aparte de traer desde Los Ángeles y puntos intermedios la ropa que van a donar.

García dijo que para los musulmanes, ayudar a los necesitados es mandato y satisfacción, y no distinguen ayudar a nadie por su religión, sexo, ideología, edad o condición de vida.

“Se trata de ayudar al prójimo necesitado, no importa de dónde venga o cuáles sean sus sueños”, explicó la coordinadora.