El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha realizado cambios en la frontera que alargaron los tiempos de espera hacia el norte en un esfuerzo por desalentar los viajes no-esenciales entre los EE. UU. y México.

“Los viajeros no-esenciales deben esperar más interrupciones en sus viajes, incluido un aumento de los tiempos de espera y la posibilidad de una inspección secundaria”, dijo un portavoz de CBP sobre los cambios recientes.

Las restricciones impuestas durante la pandemia de COVID-19 limitan los cruces fronterizos a viajes “esenciales” para el trabajo y el tratamiento médico, pero una encuesta reciente de 100.000 personas que cruzan la frontera realizada por CBP reveló que alrededor del 60% de ellos no eran viajeros esenciales.

Las restricciones de viaje solo permiten ciudadanos estadounidenses y residentes legales cruzar la frontera y están prohibidos los viajes no esenciales por motivos de turismo, recreación, juegos de azar, o actividades culturales.

Los nuevos cambios en la frontera incluyeron el cierre del paso peatonal oeste en San Ysidro, así como también limitar los carriles de cruce y pasar a más autos a inspecciones secundarias. Los cambios también afectarán los cruces fronterizos en Otay Mesa y Calexico West.

“Estamos comprometidos a continuar facilitando el movimiento transfronterizo de viajeros esenciales”, dijo el portavoz de CBP, Nate Peeters. “Estas medidas solo están destinadas a abordar los viajes no esenciales con el objetivo final de inhibir aún más la propagación transfronteriza de COVID-19”.

En los últimos días, los tiempos de espera para cruzar de México a San Diego han sido de hasta siete horas. Algunos autos se sobrecalentaron durante las largas esperas, unos se quedaron sin gasolina, y algunos conductores abandonaron sus autos y se alejaron.

El domingo 23 de agosto, una mujer de 89 años fue encontrada inconsciente en su automóvil mientras esperaba en una fila en el Puerto de Entrada de San Ysidro que duró más de seis horas. Fue declarada muerta más tarde ese día.

Miles de trabajadores esenciales en San Diego viven en México y cruzan la frontera todos los días. Algunos se han quejado de que los largos tiempos de espera a veces son más largos que sus turnos de trabajo una vez que cruzan la frontera.

Daniel Gustavo Chávez, que vive cerca del centro de Tijuana y trabaja con una empresa constructora en San Diego, cruza la frontera seis días a la semana y ahora tiene que llegar a la frontera a las 3 de la mañana para llegar a tiempo al trabajo.

“Me tomó casi de 5 horas cruzar el lunes y llegué tarde al trabajo”, dijo Chávez. “Si la Aduana está tratando de mejorarlo, en realidad lo hicieron peor para nosotros los trabajadores esenciales”.