Mientras algunos estudiantes de último año de preparatoria están esperando las respuestas de sus aplicaciones a las universidades, buscando vestidos para su graduación y aprobando sus exámenes finales, la originaria de Shelltown, Kehila Moreno, está abordando un tema más complejo, la lucha contra la trata de blancas.

Moreno, una estudiante de la Escuela de Iniciativa Empresarial y Tecnología (SET High, por su sigla en inglés), una escuela preparatoria charter en San Diego, trabaja con diferentes organizaciones que ayudan a las víctimas de la trata de blancas a través de asesoramiento e informándoles sobre los recursos que están disponibles.

Aunque algunos podrían ver su edad como un obstáculo para comprender completamente el problema del tráfico de personas en San Diego, que según un informe de 2009 fue identificado por el FBI como uno de las 13 áreas de prostitución infantil de mayor intensidad, Moreno ve su edad como una ventaja porque ella dijo que las víctimas se sienten más cómodas hablando con ella en comparación con un adulto o un oficial de la ley.

“La mayoría de las personas con las que he hablado vuelven a la escuela, y están en camino a obtener una educación superior, están unidas a sus familias”, dijo Moreno.

Son esas historias de éxito las que han motivado a la joven de 17 años a continuar dedicando su tiempo a ayudar a las víctimas de la trata de blancas.

“Esa sensación de saber que están bien, y que van a estar bien y que van a tener éxito en la vida”, dijo Moreno sobre lo que la motiva a hacer su trabajo.

Al igual que muchas personas, Moreno dijo que sabía sobre la trata de blancas, pero lo veía como algo que se le o se ve en las noticias, pero nunca se imaginó la realidad hasta que vio un incidente en Pacific Beach.

Moreno recuerda haber visto lo que parecía ser una interacción entre una joven y un hombre en un automóvil en una gasolinera, a lo que ella se refiere como una experiencia traumática y devastadora. Dijo Moreno que sabía que algo iba mal, pero no tenía idea de qué podía hacer para ayudar a la joven.

“Sentí pesadez en el aire”, dijo Moreno. “No pude respirar. Fue horrible porque quería reaccionar, pero no quería poner su vida en peligro ni la mía ni a nadie que estuviera cerca”.

Moreno compartió su experiencia con una profesora de SET High, quien la animó a comenzar a investigar sobre el trato de blancas y las víctimas.

Moreno comenzó a trabajar con las víctimas y, aunque sabía que era un tema sumamente grande para explorar, y en algunos momentos se preguntó cómo una adolescente, como ella, podría tener un impacto, pero dijo que no quería dejar su trabajo.

Ella se sintió una conexión con las víctimas en ciertos aspectos, como sus obstáculos económicos, pero entendió que los problemas que enfrentan la víctimas del trato de blancas eran mayores que los de ella y eso la hizo querer hacer una diferencia en su comunidad, dijo Moreno.

“Las víctimas con las que he hablado son las que me mantienen trabajando”, dijo Moreno.

Debido a su trabajo, la directora de la escuela nominó a Moreno para una oportunidad de beca en Colorado y Moreno fue una de tres estudiantes de todo el país que recibió la beca de Watson University y asistió a un fin de semana de “Basecamp” centrado en el emprendimiento social.

Moreno planea ser la primera de su familia en asistir a una universidad de cuatro años y tiene la esperanza de permanecer en San Diego y seguir una carrera como detective.