Un total de 98 muertes de migrantes a manos de agentes de inmigración estadounidenses han sido registradas desde 2003 hasta este 2018, esto de acuerdo a cifras del Comité de Amigos Americanos del Condado de San Diego.

Actualmente, hay varios residentes en el condado de San Diego dicen vivir bajo la sombra y el dolor de haber perdido a un ser querido y no ver justicia para los responsables.

“Nosotros no podemos descansar si la justicia no ha llegado, creo que ahí es cuando yo siento ese gran dolor en el corazón como madre, de mirar que mis hijos todavía siguen muy afectados por la muerte de su papá”, señaló María Puga, viuda de Anastasio Hernández Rojas a ocho años del aniversario de su muerte en la frontera del condado de San Diego.

Para otros residentes de San Diego, el dolor es tan grande que los años de duelo siguen tan presentes como el primer día.

Tal es el caso de la familia Ceseña, quien perdió a su padre y hermano durante un 24 de diciembre, mientras le esperaban para pasar nochebuena y navidad en su vivienda en El Cajón.

“No lo podíamos creer, era un día festivo tan importante y recibir una noticia de esas fue un shock para todos, los agentes son horribles porque es gente que según nosotros tenemos que tener confianza en ellos, no para que nos juzguen y nos quiten a un ser querido o hasta la vida”, aseguró Brenda Ceseña Cruz, hermana de Francisco Manuel Ceseña, quien perdió la vida hace tres años en las inmediaciones de la garita de San Ysidro.

Lo más preocupante, aseguran activistas en la región, son los casos que se han registrado en los últimos dos meses en las fronteras de Estados Unidos, en zonas como Texas y Nuevo México, en donde sin importar la nacionalidad y el resguardo que existe, las pérdidas humanas incrementan.

Los últimos casos registrados en Estados Unidos incluyen la muerte de la guatemalteca Claudia Patricia Gómez al sudeste de Laredo Texas por parte de un agente con 15 años de experiencia y la Roxana Hernández, una mujer transgénero de 33 años de edad quien falleció en el Hospital Lovelace de Albuquerque, Nuevo México bajo custodia de ICE.

“Tratan a las personas transgénero como animales y no solo a personas como Roxana, sino a todos los migrantes, es muy lamentable esta perdida a causa de meterla a estos cuartos fríos”, dijo Verónica Mercado, miembro de la comunidad transgénero.

Las organizaciones a favor de la comunidad migrante lamentaron que los casos de muertes a manos de agentes de migración continúen y no respeten género, condición migratoria y edad. Sin embargo, dijeron que seguirán reportando casos de abuso hasta encontrar justicia para todo caso donde se registren maltratos y pérdidas humanas.

“Los abusos continúan, los maltratos, la impunidad y por eso mismo hacemos esa conexión directa con Anastasio y el caso de Claudia Patricia, porque no queremos que los casos queden en la impunidad, queremos que se haga justicia”, informó Pedro Ríos, director del Comité de Amigos Americanos del Condado de San Diego.