Autoridades federales y locales investigaban por lo menos 50 amenazas de bombas en San Diego.

Las amenazas fueron enviadas mediante correos electrónicos principalmente a todo tipo de negocios y empresas. Solamente algunos domicilios particulares recibieron las advertencias.

Los desconocidos que enviaron los correos exigían transferencias de 20,000 dólares en bitcoin, la moneda electrónica encriptada que se transfiere de un usuario a otro sin banco de por medio.

La amenazas decían que si las personas que recibieron los correos electrónicos fallaban en transferir el dinero electrónico en cierto plazo, los desconocidos activarían explosivos en esas mismas ubicaciones.

Todos los amenazados llamaron al número telefónico de emergencias para reportar las amenazas.

La situación mantuvo ocupadas a las autoridades, desde la Oficina de Investigaciones Federales (FBI, por sus siglas en inglés) y la administración para el control de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego (ATF), que encabezaron la búsqueda en San Diego.

Alguaciles y policías se coordinaron con oficiales federales para revisar exhaustivamente cada uno de los casos.

Un portavoz del alguacil dijo poco después del mediodía que su agencia llevaba 30 amenazas de bombas descartadas.

El Centro Médico Tri City en Oceanside estuvo por ordenar una evacuación preventiva, pero la policía descartó explosivos mediante recorridos con sabuesos entrenados antes de la hora plazo que fijaron los desconocidos.

La policía en la ciudad de San Diego informó sobre otros 15 casos que había revisado con equipo y perros adiestrados.

Para media tarde faltaban por confirmar en respuestas similares la mayoría de las ciudades del condado de San Diego.

Pero por lo menos las ciudades de El Cajón, Oceanside, San Marcos, Vista, Ramona, National City y Escondido informaron que revisaban amenazas de explosivos, aunque sin reportar cantidades de amenazas.

Por protocolo de seguridad, ninguna de las autoridades involucradas dejó si respuesta ninguna de las llamadas de emergencias por presuntos o potenciales explosivos.

La policía en Escondido resumió que “se toman muy en serio todas las potenciales amenazas de explosivos mientras no se descarte si son amenazas falsas”.

Pero de acuerdo el FBI y la ATF, no se trató solo una serie de amenazas de explosivos únicamente en el condado de San Diego.

Las dos corporaciones informaron que fue una ola de amenazas de bomba por todo el país. Los correos electrónicos llegaban a tribunales, universidades otros centros educativos, centros comerciales y medios de comunicación, entre otros.

Las autoridades informaron que se hicieron el mismo tipo de llamadas a docenas de ciudades en diversos rumbos del país.

Nueva York fue una de las metrópolis que más insistentemente recibieron correos electrónicos con amenazas en la jornada del mismo jueves.

Más cerca de San Diego, en San Bernardino, sí hubo negocios que fueron evacuados.

Al final las autoridades descartaron que se tratara de amenazas creíbles, pero no se reportaron detenciones por la ola de amenazas.

El año pasado también se registró una ola nacional de presuntas amenazas de explosivos que finalmente quedó solo en amenazas que fueron también como en este caso, intentos de coerción.