En una atmósfera enrarecida por los conflictos de orden político, las instituciones públicas se perciben deterioradas, ineficientes y desgastadas por acusaciones de corrupción y colusión. No se detectan señales para revertir la tendencia y, peor aún, cada día se incorpora a la agenda de pendientes un nuevo elemento distractor.

Me preguntaba hace unos días un colega, “¿qué seguirá…? A fuerza de ser propositivo, intentaré poner en la mesa una especie de listado mínimo de asuntos que deben ser atendidos y resueltos a fin de normalizar las aguas y lograr que el proceso electoral del 2018 no se resuelva por la vía de las confrontaciones que pueden activar conflictos sociales de dimensiones no deseadas.

El tema económico es la variable crítica. Por lo pronto se logró destrabar la aprobación de la Ley de Ingresos 2018 a pesar de la alta conflictividad que prevalece en el Senado de la República, donde las fuerzas opositoras bloquean posibilidades de lograr acuerdos por los enredos suscitados a partir de la remoción del Fiscal de Atención a los Delitos Electorales, así como las designaciones pendientes de los Fiscales General y Anticorrupción o cualquier razón que se preste para el conflicto. La aprobación de la Ley de Ingresos es un evento esperanzador pero insuficiente para lograr la normalidad legislativa requerida.

En los próximos días se iniciará la discusión del Presupuesto de Egresos del 2018, una actividad de la competencia exclusiva de la H. Cámara de Diputados. Es de esperar que habrá arrebatinga por los recursos que demandan entidades, programas gubernamentales, cuotas partidarias y los urgentes fondos para la reconstrucción. No será un proceso terso ya que las disponibilidades son limitadas en términos de lo requerido, el peor escenario es que la discusión se traduzca en la inmovilidad del gobierno.

La designación del nuevo Gobernador del Banco de México tendrá que resolverse antes del 30 de noviembre, fecha límite en la que será efectiva la renuncia del Dr. Agustín Carstens. Las cifras de inflación se encuentran en los límites de lo estimado y el tipo de cambio será muy sensible al perfil del nuevo encargado de la política monetaria. En algún momento se consideró que el actual Secretario de Hacienda cumplía con los requisitos necesarios para ser nombrado en esa responsabilidad, pero toda vez que se encuentra en la lista de los candidatos del PRI a la presidencia de la República, es improbable que pueda jugar para cubrir esa vacante. Además, será en el Senado donde se procese la propuesta presidencial; ni que decir de esa negociación excepto de que no será fácil y habrá seguramente muchos interesados en descomponerla.

El cuadro se cierra con las negociaciones del Tratado de Libre Comercio. A finales de mes tendrá lugar la quinta ronda (¿habrá quinta buena?), y toda apunta a que se van a radicalizar las posiciones con la amenaza de abandonó de alguna o de todas las partes. Las calificadoras están calculando una repercusión en el crecimiento de los tres países si el tratado se cancela. Los agentes económicos están tomando sus previsiones y los flujos de capital se verán afectados como consecuencia de esas tensiones.