En 233 años de república han habido solamente 111 jueces de la Corte Suprema. De ese número 3 han sido mujeres, dos negros y una hispana. Esto no es extraño si tomamos en consideración que las mujeres obtuvieron el derecho al voto en Estados Unidos el 26 de Agosto de 1920 y los negros llegaron a tener participación total en el sufragio en 1964. Todavía hay norteamericanos que se acuerdan cuando ni la mujeres ni los negros podían votar en esta gran democracia. Lo anterior son hechos históricos, no puntos para debatir. Más importante es que nuestra nación reconoce su errores y trata de enmendar sus faltas.

 Hoy saboreamos la llegada del primer hispano a la Corte Suprema, como a principios de año disfrutamos de la  elección a la presidencia del primer afro americano. Lo irónico de estos acontecimientos es que uno no pudo haber sucedido sin ocurrir el otro y ambos dependieron del esfuerzo y la educación de los protagonistas.

 Tanto Barack Obama como Sonia Sotomayor llegaron a sus presentes posiciones a través de grandes sacrificios, de las oportunidades educacionales que les otorgó el sistema y del sacrificio de sus respectivas familias. Les costó “sangre, sudor y lágrimas” sin seguridad de que sus esfuerzos darían frutos.

 Ambos han tenido suerte. Si la economía no hubiera estado en caos es fácil de deducir que los votantes no hubieran electo a un afro americano. Si McCain hubiera sido electo Sonia Sotomayor no hubiera sido nominada a la Corte Suprema. Evidencia de esto es que McCain, a pesar de ser Senador por uno de los estados con una gran población hispana, votó contra la confirmación de Sotomayor.

 Obama y Sotomayor son evidencia de  que nuestro sistema de gobierno funciona a pesar de las críticas de los extremistas de ambos partidos. Ambos sirven de ejemplo y le dan esperanza a los millones de jóvenes minoritarios que crecen y se forman en condiciones difíciles. Los dos son un testimonio al valor de la familia, la perseverancia y la educación. Tanto Obama como Sotomayor tuvieron que trabajar, estudiar y sacrificarse para triunfar y llegar a lugares que en el pasado sólo se llegaba siendo parte de la elite.

 La importancia de estos dos individuos es el ejemplo que les dan a nuestra juventud. Son modelos para aquellos jóvenes que piensan abandonar la escuela antes de graduarse o para aquellos que no toman en serio el comenzar una familia.

 Hoy el futuro de las minorías en Estados Unidos es más prometedor.

uzal@msn.com) escribe desde West Palm Beach FL, sobre temas de interés para los hispanos parlantes.