Ignorancia o perversidad son adjetivos (sin democracia) que provocan las últimas acciones del presidente López Obrador. Entre las varias que ha realizado en los primeros meses de su gestión, algunas toman nivel preocupante.

La promoción innecesaria de una simbólica e inconstitucional revocación de mandato tiene tufo de estrategia electoral cuyo fondo sólo él sabe a ciencia cierta; pero se advierte la intención subrepticia de fortalecer al movimiento Morena en las elecciones intermedias para renovación de la Cámara Baja, varias gubernaturas para control local y/o vislumbrar una posible reelección. Por más que en la perorata mañanera se niegue, en el imaginario social es percepción asumida.

La confrontación que sostiene con sus críticos es señal de intolerancia. El ejercicio de la primera magistratura obliga a la imparcialidad, y gobernar para todos, independientemente de consideraciones o preferencias políticas; actuar parcialmente es sinónimo de autoritarismo.

Peor aún, es avivar la polarización emitiendo epítetos irrespetuosos para una voz presidencial, que cual líder porril, endereza ante cualquier inconformidad generalizando los “fifís” a medios, empresarios, académicos…y cuanto adversario se le aparece en el horizonte.

Su descolorido e imberbe grupo de colaboradores rayan en la pleitesía, el culto a la personalidad, la sumisión y la complicidad elaborando proyectos absurdos, populistas y demagógicos. Los líderes de las cámaras son disciplinados gestores de cualquier promoción que surge de Palacio Nacional, que se aprueba sin profundidad de análisis y en observancia al descarado mayoriteo.

Crítico de las formas neoliberales. incurre en ellas, la última comprometiendo la imagen de su consorte, quien se percibe como autora intelectual de una confrontación internacional tergiversando la historia con el uso de anacronismos que no tienen sustento teórico o formal. Las respuestas recibidas ponen en entredicho relaciones armoniosas y constructivas, así como conmemoraciones programadas que se verán empañadas con discusiones bizantinas que vendrán a sumarse a un, desde ahora, complicado año 2021.